lunes, 6 de abril de 2015

~Dimensional Heroes~ Capítulo 10: Novato

Oigo el timbre de la puerta resonar por toda la casa, mientras aún estoy cogiendo mis cosas.

-¡Ya va!-De repente, mi antepasado atraviesa la puerta.
-¿Pero que haces?-me dice.
-Coger las cosas...
-Déjalas, no las necesitas. Cuando lleguemos te lo explico -me dice, dándome una palmada en la espalda.
-¡Ay! Que aún tengo la espalda sensible por lo del...
-El tatuaje, si, ya lo sé, ha sido a posta.

Ah, si, al final me he tatuado mi katana en la espalda, recorriéndome toda la espalda en diagonal de izquierda a derecha y de arriba abajo.

-Venga, sube al coche, vamos llegar tarde al Portal -me dice.
-¿Sabes conducir?
-Por favor, tengo más de quinientos años. Lo raro sería que no supiera hacer algo.
-Pero físicamente sigues teniendo 16...
-Si nos paran, puedo modificar mi apariencia. Venga, vamos.

Saca su móvil y al tocar algo, un coche levitante (es decir, caro) se materializa en la acera. Subo y empezamos a movernos a gran velocidad hacia El Portal, que viene siendo el lugar donde abren la grieta hacia otra dimensión. Después de unos treinta minutos, llegamos a un edificio en un extremo de la ciudad, con forma de campana invertida, ancha pero baja. Cuando entro, me separan del héroe y me meten en otra sala antes de que me pueda dar ni cuenta. En esa sala hay otros 20 chicos (me imagino que son los vencedores de otras zonas de la ciudad) que esperan impacientes. Visualizo a Rick, que me mira con una mirada asesina. De repente, unas cosas parecidas a brazos mecánicos se colocan en una pared y empiezan a generar energía entre los brazos, soltando rayos y emitiendo calor.

-Hola a todos y bienvenidos, aspirantes -comienza a decir una mujer trajeada subida a un podio-. ¡Enhorabuena  por lograr un puesto en la DM! Este es vuestro premio, pero, sin embargo, recordad que os pueden echar si vuestras estadísticas no son demasiado buenas. Bueno, en cuanto entreis, apareceréis con una guía que os dirá todo lo que necesitáis saber sobre cómo actuar en la Dimensión Maestra. En fin, ¡Adelante! Sois libres de entrar en el portal cuando queráis.

Los brazos mecánicos empiezan a soltar mucha más energía, hasta que un rayo cae del techo y entre explosiones controladas, se abre una brecha en toda la pared. No me lo pienso más vences y entro de lleno en el portal.

Siento como si mi temperatura corporal fuese de un extremo a otro, pasando por frío y por calor como quien salta a la comba, aunque luego me empiezo a sentir mejor. Abro los ojos y estoy en un campo, con un camino a la derecha. Tengo un libro justo delante. Me apresuro a cogerlo y, según lo abro, explota en cenizas.

-No lo necesitas -oigo a mi antepasado, situado a mi lado con su armadura puesta.
-¡Eh!
-No te preocupes, yo te lo explico. Empecemos por lo básico. Si te matan, aparecerás primero en una de las piedras azules como las del torneo, pero dentro de la DM. Probablemente no te hayas fijado en que detrás tulla hay una de ellas. Eso sí, como caigas varias veces seguidas sin vencer a nadie, estarás fuera y tendrás que volver a estudiar. Antes de seguir quiero darte algo -se saca del bolsillo una especie de colgante con forma de araña plateada, con una gema roja en el centro y sus ocho patas plegadas -Póntelo y pase lo que pase, NO hagas nada.

Me lo pongo, más desconfiado que nunca, y parece que no pasa nada al principio, pero luego veo que las patas empiezan a estirarse, con la base de la "araña" en mi pecho. Las patas se estiran sobre mi torso y, de repente, clavan sus puntiagudos extremos en mi cuerpo.

-¡Ahora no te muevas! -me dice.

Obedezco y noto como esas patas finas se mueven por debajo de mi piel... incluso me parece que algunas de ellas me rodean el corazón. Me siento mareado, para luego quedarme totalmente petrificado. Cierro los ojos y después de unos cincuenta segundos, me siento bien y abro los ojos. Tengo puesta una armadura nueva, parecida a la de él. Por algunas partes, como por el pecho y algunas partes pequeñas por los brazos, son de un material duro y negro que no había visto nunca; pero gran parte está hecha de lo que parecen ser mallas negras, que me dan movilidad extra en las articulaciones, aunque sigue siendo resistente. La gema de la "araña" está sobresaliendo en el centro del pecho. Lo que más me llama la atención son los guantes: son de los que acaban en los nudillos, el derecho empieza en la mitad del brazo, haciéndolo un guantalete. Son del mismo material duro que otras partes de la armadura y el derecho tiene ranuras extrañas, mientras que el izquierdo parece tener una pantalla en el dorso.

-Enserio... tienes que dejar de darme cosas que me intenten matar -digo.
-El que algo quiere, algo le cuesta. Aprieta la gema para quitártela automáticamente, volverás a tener la ropa que tenías antes. Aparte de eso, te quiero hablar de los guantes. El derecho tiene función ofensiva. El izquierdo... bueno, es complicado. Lo fabriqué como un vínculo entre dimensiones. Te servirá como si fuera... no sé... ¿un cajón? ¿un disco duro? Puedes guardar todo lo que quieras y sacarlo cuando necesites. Pasa la mano por la pantalla del dorso del guante -lo hago y se ilumina- Ahora está vacío, pero verás la dimensión artificial a la que está vinculado, donde estarán tus posesiones.
-Eso es raro.
-Supongo que puede parecerlo. Te acostumbrarás.
-¿Y el otro?
-Ah, sí. Coge esto -hace aparecer dos extraños objetos y me los lanza. Son como pulseras anchas, grandes y con forma de pendiente, es decir, que va aumentando en altura-. Póntelas en las ranuras de los dos guantes, con la parte grande apuntando hacia los dedos -lo hago- Bien, tienen runas de objeto invovado incrustadas, lo que hará que unas cuchillas saldrán disparadas cuando quieras. Haz fuerza  con las muñecas hacia dentro -Lo hago y salen unas cuchillas a modo de garras haza fuera- Vuelve a hacer fuerza para que se desvanezcan o mantener la muñeca en esa posición para que las cuchillas salgan volando. El resto de ranuras del guante se ajustarán a los complementos que puedas encontrar o comprar.
-Vaya... ¿Has hecho tú todo esto?
-Si, y me ha costado lo suyo.
-¿Cuánto?
-Un año y dos meses. Además de mucho dinero.
-Ah. ¿Algo más?
-No.
-Ah... ¿Y ahora qué?
-Explora. Participa en torneos. Haz lo que quieras y, cuando creas que eres lo suficientemente fuerte, enfrentate a la Montaña de las Leyndas.
-Y eso es...
-Ya lo verás -entonces, desaparece en una nube negra-.

Cada vez entiendo menos a este tío. Miro a mi alrededor y lo único que veo es un camino. Me acerco a él y veo colina abajo lo que parece ser un pueblo. Como sigo sin saber que hacer, me pongo en camino.

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