domingo, 14 de agosto de 2016

~Dimensional Heroes~ Diario de entrenamiento 2: El secreto de mi poder

Día 6 de entrenamiento

-Paso tres del entrenamiento: Cuerpo a cuerpo, sin armas -me dice el héroe-.
-¿Por qué te has molestado en regalarme tantas armas, si ahora pretendes que luche cuerpo a cuerpo?
-...Cállate. Bueno, enséñame que sabes hacer. Si consigues darme un sólo golpe, daremos este paso por finalizado.
-¿En serio?
-Si. Aunque seguramente, si yo me reprimo al 80%... Quizás acabemos en mes y medio.
-¿Mes y medio?
-No protestes y pelea.

Le hago caso y rápidamente salto en sigilo para darle una patada en el estómago, pero antes de que me de cuenta, ya no está. Aterrizo con los brazos y la otra pierna lo más rápido que puedo, y según me giro, recibo una patada como la mía, pero con al menos el triple de fuerza. Salgo rodando hacia atrás por el suelo hasta chocar contra la pared de espaldas. Cuando me levanto, lo veo de nuevo de pie mirándome. Me acerco otra vez a él, y no hace nada. Sólo me mira. Decido intentar darle en la cara con el puño derecho, pero me lo para con su mano izquierda y no me suelta, intento darle con el otro y hace lo mismo. Entonces me da un rodillazo en la barriga y me lanza por los aires, y cuando caigo al suelo, salta sobre mí y descarga otro rodillazo en mi espalda. Sé que seguramente lo hace para activar mi gen, pero aún así me parece demasiado.

Nos pasamos siete horas así, hasta que no me quedan huesos que romper; eso sí, el gen de resistencia funciona muy bien. Xabi me cura y me manda a la cama.

Día 8 de entrenamiento.

Intento darle un puñetazo en el estómago, pero salta hacia atrás, entonces, hago un barrido con la pierna derecha bajo sus pies, pero lo esquiva fácilmente simplemente dando un salto. Antes de que aterrice, intento darle un puñetazo, sin embargo me lo bloquea con la rodilla y aterriza limpiamente.

-Bueno, he de reconocer que has mejorado mucho en solo dos días. Tendré que buscar un rival a tu altura. Quizá Leah o Geel...
-O yo mismo -comenta una voz ajena pero extrañamente familiar.
-¡Rhein! ¿Cuánto tiempo llevas ahí? -le digo a mi hermano.
-Una hora y media. Estabas demasiado concentrado como para darte cuenta, ¿verdad, enano?
-Al menos yo soy capaz de concentrarme en algo.
-A ver si sigues haciéndolo cuando te de una paliza... otra vez.
-¡Eso ya lo veremos! -le contesto.
-Venga ya, si estoy entre los veinte primeros.
-¿Y? Hace dos días llegué al puesto tres en la oscura.
-Tu liga es una mierda... además, no me vengas a comparar el elemento oscuridad con el fuego. Los oscuros son unos inútiles.
-¡Mamá era de oscuridad!
-¡Y acabó muerta! -me contesta entre risas.
-¿Cómo puedes bromear así? Además, ¡papá era de fuego y murió de la misma manera!
-...me... ¡Me da igual! ¡Era un inútil! ¡Ni siquiera se logró clasificar entre los 50 mejores de divisón Campeón de su elemento!
-Ni tu tampoco lo estarás.
-¿Y tú si, pringado?
-Mira mis estadísticas. ¡No he muerto ni una sola vez desde que he entrado!
-¡Hasta ahora!- me grita Rhein, mientras desenvaina la vieja katana de nuestro padre y carga contra mí. Estoy apunto de activar el colgante para ponerme la armadura cuando mi antepasado grita.
-¡Quietos!- se para en seco y yo también-. Si vais a combatir, mejor os envío a un campo de batalla simulado -vuelve a coger su tablet y toca la pantalla unas cuantas veces -Tocad la pantalla -nos dice. Lo hacemos y automáticamente nos envía a un campo abierto, con varias montañas al fondo y un acantilado a un lado. Hay varios árboles en el medio y montículos de tierra.

 Como de costumbre, espero a que él se mueva primero, y solo tengo que hacerlo unos segundos para que mi hermano cargue contra mí. Espero a que se acerque y entro en sigilo para atacarle por la espalda, pero él me detecta enseguida y bloquea el corte horizontal que estaba a punto de asestarle. En esa misma posición, giro mi katana hacia la derecha de forma que el tiene que girar la suya en dirección contraria, estando en una situación incómoda. Desde ahí, me basta con empujar un poco de golpe para que pierda el equilibro, pero él reacciona rápidamente con un salto hacia atrás. Me dispongo a volver a atacar antes de darle tiempo a recuperarse, pero antes de que pueda acercarme, el extiende su brazo y de la palma de su mano surge una bola de fuego que me lanza a toda velocidad, impacta en mi abdomen, estalla en llamas y me lanza por los aires unos cincuenta metros. Cuando me intento levantar, Rhein ya está cayendo del cielo, intentando rematarme de una estocada. Sin embargo, me pongo de pie rápido y consigo hacerle un corte en la espalda tras esquivar el golpe.

-¿Que te parece, Rhein? -le digo.
-Lo único que has hecho es salir volando y aprovechar un error mío. Si quieres que te de mi reconocimiento por esa tontería, estás muy equivocado. Además, mi bola explosiva ha tenido que dañarte más que tú a mi.

Era cierto, pero no importa. Gracias a eso mi gen comienza a activarse, lo que aumenta mis posibilidades de éxito.

-Da igual, este combate es mío. -le digo
-Eso ya lo veremos.

Súbitamente, su katana se prende en llamas y corre en mi dirección. Se puede oír el silvido del acero intentando llegar a mi cuello, pero me basta con agacharme para esquivarlo, entro en sigilo e intento herirlo por la espalda, pero mueve su espada llameante a su espalda y bloquea el corte horizontal que estaba apunto de asestarle, para más tarde hacer un giro  en el aire que, aunque esquivo, las llamas llegan a mi piel. Cuando Rhein aterriza, consigo asestarle un corte superficial en la espalda, pero entonces él explota en una ola de llamas y calor, lo que hace que vuelva a salir volando a una dirección próxima.

-Esto no tiene ningún sentido-me dice Rhein-. Soy claramente superior a ti.
-Y una mierda.
-Ya, claro. Acabemos con esto.

Tras acercarse a mi, se coloca en una pose que me suena mucho. Cuando veo su puño echar humo y ponerse rojo me acuerdo: Es lo que llamamos "la técnica familiar". Se basa en un puñetazo con energía elemental con diferentes efectos según el elemento del que lo lanza. Mi madre se lo enseñó a la mayoría de mis hermanos... pero yo aún era muy pequeño. Conozco muy bien el dominio de la técnica por parte de Rhein, de forma que decido contraatacar utilizando la transformación roja del guantelete. nuestros puños derechos se encuentran y una explosión de energía se produce con el choque. Sin embargo, su puñetazo de fuego es claramente superior, y noto el ruido que hacen mis huesos desde los dedos hasta el hombro al romperse, además de hacer que la armadura pase a estado inactivo, contenida de nuevo en el colgante.


-Agh... Esto no es nada... -digo, al ver su expresión de orgullo.

A pesar del dolor, decido no utilizar el hechizo de curación y convertir el dolor en fuerza. Ahora mismo está demasiado confiado, asi que decido lanzar las cadenas etéreas y consigo agarrarle por los tobillos. Con la ayuda de la transformación roja, lo lanzo al aire y luego lo estampo contra el suelo. Repito lo mismo unas tres veces hasta que él corta las cadenas con su katana y me lanza una bola de fuego, que esquivo de un salto. Él ya está cargando contra mi de nuevo, y yo decido hacer lo mismo. Cuando estamos cerca, en vez de desenvainar, le doy un puñetazo en la cara, lo que hace que retroceda. Pongo la transformación roja de las botas y antes de que termine de levantarse, le doy una patada muy fuerte en la espalda, que esta vez es la que hace el ruido de romperse, y Rhein sale volando por los aires. Utilizando el sigilo y el impulso de la transformación consigo alcanzarlo, pero al intentar darle un puñetazo desde arriba, me agarra de la muñeca y me lanza hacia abajo. Cuando me estoy cayendo, me golpea con la técnica familiar en todo el pecho, lo que hace que yo estalle en llamas mientras caigo en picado al suelo. Mi cuerpo golpea brutalmente el suelo, dejando un boquete en la tierra. Aún así, me curo las quemaduras superficiales y me levanto. Por suerte, las llamas han quemado la mayoría de los nervios de la piel, así que casi ya no siento dolor.

-¿Aún sigues en pie? -me dice Rhein.
-Apuesto a que estás peor que yo -miento, mientras vuelvo a activar la armadura, que ya está cargada de nuevo.
-No lo creo.

Sin avisar, dispara una gran llamarada que incinera todo enfrente suya, aunque yo logro esquivarla a tiempo. Desde la transformación azul, creo una bola de energía expansiva y me preparo para lanzarla. Sin embargo, él me intenta dar otro puñetazo ígneo, de forma que tengo una idea mejor. Con la bola preparada flotando delante mía, coloco la transformación roja y coloco la bola expansiba delante mía, y cuando proyecto mi puñetazo, arrollo la bola de energía, convirtiendolo en un gran golpe de energía expansiva, el cual lanza a mi hermano muy lejos, destrozando su armadura. Cuando aterriza, avanzo hacia él, pero gasta sus últimas reservas de energía en formar una gran cúpula de llamas que lo protege mientras grita. Sin vacilar, entro en la cúpula.
-Pe-pero... -Balbucea Rhein- ¡Deberías estar muriéndote!
-Puede -de hecho, tengo toda la piel totalmente quemada, y solo me he curado los ojos para poder ver-. Tú, idiota ingenuo, has abrasado hasta el último nervio de mi piel. Sí, me estoy muriendo por dentro, pero de nada sirve... -le digo, mientras le desgarro un costado con mi katana, en un ágil movimiento en sigilo- ...si tu mueres primero.

Rhein suelta un gran grito, y luego se calla. De pronto, todo se oscurece, y la figura de mi hermano se empieza a transformar, difuminándose hasta convertirse en mi antepasado, mientras su herida se cura sola.

-Estás listo -me dice, y sé perfectamente a lo que se refiere.

Cierro los ojos y, cuando los abro, estoy sobre el suelo. Una figura familiar me tiene agarrado del cuello, y se sorprende cuando abro los ojos. Leah y Rick están en el suelo, pero aún conscientes.

-Ahora que me he despertado... -me suelto de su mano, aprovechando su confusión- ...me temo que vas a morir, Cráneo. -mi contrincante parece muy desconcertado, por lo que precedo a explicarle lo sucedido, mientras me curo las quemaduras de mi anterior batalla contra la simulación de mi hermano-.Acabas de ser testigo del secreto de mi poder: Los sueños. Soy un gran soñador lúcido, ¿sabes? Y a diferencia de los sueños del resto de la gente, los míos son reales, aunque solo ocurren en mi cabeza. Es una habilidad heredada de mi madre. Por culpa de su muerte y la de mi padre, casi siempre que me duermo tengo pesadillas, pero si consigo dormirme antes de un combate complicado... puedo entrenar. No tengo ni idea de como Xabi y Leah han entrado en mis sueños, pero me han sido de mucha ayuda. Y gracias a tu estúpida idea de matarme absorviendo mi energía... he podido dormir ocho días en 1.34 segundos.
-Tienes que estar de broma -me dice.
-Lo siento. Nunca bromeo cuando se trata de dormir -digo, mientras desenfundo a Masamune.

sábado, 5 de diciembre de 2015

~Dimensional Heroes~ Capítulo 19: Diario de entrenamiento

Dia 1 de entrenamiento.

Me despierto en un sofá en una casa que me resulta familiar. Por un momento, pienso que he salido de la DM y he caído derrotado, pero no es mi casa. Decido levantarme e investigar, camino un poco y llego a la cocina, donde me encuentro a mi antepasado comiendo una tostada con una taza de chocolate caliente.

-Buenos días -me dice al verme. Está en pijama y con albornoz.
-¿Que hago aquí? ¿Qué haces tú aquí? ¿Que me ha pasado? ¿Dónde están Leah y Rick?
-Primero, estás en mi casa, te he traído yo. Ye has desmayado y casi mueres por un ataque enemigo. Y en cuanto a tus amigos, la chica está entrenando, el otro no quiso venir conmigo.
-¿Quién ha sido? ¿Que ha pasado con él?
-A ver, relájate. Te ha atacado alguien que te quiere muerto. Creo que ya sabes quien es. Lo solíamos llamar simplemente "Cráneo", porque es un monstruo hecho de una coraza de huesos.
-Huesos... quizás... -si, estaba claro: es aquel que vimos Leah y yo en la base aquella. De hecho, se supone que veníamos a decírselo- ¿Te ha contado ya Leah?
-En realidad ya lo sabía.
-¿Y por qué no haces nada?
-Quería dejártelo a tí, no puedo estar siempre encargándome de todo, tienes que empezar a ocuparte tú de los problemas.
-Entonces... ¿Crees que puedo vencerlo?
-¿Estás de coña? ¡Casi te mata en menos de diez segundos! ¡Tienes suerte de que te haya salvado!
-... Pero entonces...
-Sigo siendo tu maestro, ¿recuerdas? Te entrenaré otra vez. Empezamos en dos horas. Mientras tanto, puedes irte por la puerta dimensional del fondo. ¿Ves la puerta del fondo a la derecha? Eso es el baño. La puerta está al frente. Allí están dos amigos tuyos.
-¿Amigos? ¿Te refieres a Rick?
-Ese es el flipado del hacha enorme del torneo, ¿no? No es ese. Es otro al que me encontré y parece conocerte.

Me voy pensativo por la puerta que me dijo. Aparentemente es una puerta normal, pero una vez que la cruzo, estoy en una sala más grande que el resto de la casa. Es un suelo gris bastante deteriorado por los golpes y quemaduras. Las paredes son blancas con banquillos por abajo. En uno de ellos hay dos personas hablando. Hay unas ventanas por arriba; es de noche, a pesar de que antes era aún por la llamada (aunque puede que en esta dimensión no halla estrellas cercanas que iluminen, de hecho parece hacer más frío, pese a que tiene que haber una fuente de calor, artificial o natural). Me acerco al banco y veo a Leah sudando y jadeando y al lado...

-¡Geel! - me apresuro a gritar - ¿Qué haces aquí?
-¡Hola! Te estaba esperando. Me encontró tu antepasado. Me dijo que me necesitarías.
-¿Yo? Sabes que lucho mejor solo.
-Ya, por eso me extrañó. Contactó conmigo y con Rya en cuanto ganamos el torneo.
-¿Rya está aquí?
-Anda, Xabi, ¿soy yo o es la primera vez desde que te conozco que te veo sonreír? -me dice Leah.
-Cállate.
-¡Oye, podrías mostrar un poco de preocupación! ¡Que yo también acabé herida!
-Entonces, ¿ella está aquí? -digo, dirigiendome a Geel e ignorando completamente a Leah.
-No, no se nada de ella. Pero Xabi dijo que ya se estaba entrenando.

De repente entra en la sala mi antepasado.

-Venga, ¡Hora de entrenar!
-¿Ya? -le digo- No creo que haya pasado una hora pero vale. Lo sigo al centro de la sala.
-Voy a enseñarte a ver sin mirar. ¿Sabes a lo que me refiero?
-Ni idea.
-Vamos a ver, conociendo te explico esto... Cuando luchas dependes de tus ojos, ¿verdad? Es sencillo: vamos a eliminar esa dependencia.
-¿Y eso para que me sirve?
-Puedes localizar a enemigos invisibles o escurridizos. También puedes luchar fácilmente en entornos oscuros o simplemente te ciegan temporalmente. Es sencillo, hay dos formas de hacerlo: identificado alteraciones en el movimiento de un objeto o persona, o captando la energía interna de un enemigo. Vas a aprender la primera, por el momento.

Entonces saca una pantalla y la toca varias veces. Un gran rectángulo de luz naranja aparece a nuestros pies cubriendo gran parte de la superficie del suelo. Unas imagenes digitales 3D de ocho troncos afilados atados a una cuerda se materializan en los bordes de la zona naranja.

-Es un método bastante antiguo, -me dice- pero vaya si funciona. Toma esto -se saca una venda del bolsillo y me la ata en la cabeza, tapándome los ojos totalmente y me empuja al centro-. Esquiva los troncos.
-¿Seguro que voy a poder?
-Bueno, si no lo haces puedes morir, a si que tu verás.
-Como siempre... Bueno, está bien, pero si pierdo puntos asumirás las consecuencias.
-Lo que tu digas.

Espero impaciente al primer tronco. Sólo alcanzo a oír un pequeño zumbido antes de que ser brutalmente arrollado. Probablemente tenga algunos huesos rotos.

-Bueno, al menos te has girado antes de que te golpeara. Algo es algo. Continúa, y no te cures hasta que esquives todos. Con tu gen podrás aguantarlo, además de mejorar to agilidad y reflejos por cada golpe.
-¿También aumenta la resistencia?
-Los genes se llaman así por algo. Un hijo puede heredar cualquiera de los dos genes de sus progenitores, o los dos. Tienes suerte de haber heredado los dos. Si tuvieras hermanos, quizás sólo hubieran heredado uno.
-Tengo hermanos.
-¿Qué?
-Que tengo hermanos.
-Espera... ¿en serio? ¡Creia que eras hijo único! ¿Pero no se supone que vivías solo?
-Claro... una estudiando en otro planeta, dos en la DM, y las otras dos no tengo ni idea
-Sumados son cinco... contigo seis. Podría haber tenido una legión de luchadores idénticos a mi...
-¿Me tiras ya el tronco o seguimos repasando mi libro de familia?
-Vale, vale... Concéntrate, escucha y nota el aire desplazándose en tu dirección. El resto deberías saberlo hacer.

El segundo consigo localizarlo por el movimiento del aire. Intento moverme, pero no me da tiempo y me golpea en un costado, tirándome al suelo. El tercero consigo evitarlo justo a tiempo, pero el cuarto me vuelve a dar. Estoy reventado, pero puedo aguantar. El séptimo y octavo consigo evitarlos. Seguimos repitiendo el mismo ejercicio durante horas, curándome después de cada serie de ocho. Alas 9 series consigo esquivarlos con mucha más facilidad. Creo que hago unas veinte series cuando mi antepasado me guía a una habitación simple de su casa, que se basa en una cama y un escritorio. En la pared hay un horario. Al parecer, me voy a entrenar de 5 a 8 horas al día, el resto del día puedo descansar y hacer lo que quiera. No está nada mal. Sobre el escritorio hay un pequeño libro. Es un cuaderno de cuero con varias hojas arrancadas y mi nombre... mejor dicho, el del héroe, en la portada; encima del nombre está escrita una frase que parece escrito en inglés antiguo que creo que significa "Diario de entrenamiento". Supongo que puedo escribir en él de vez en cuando.

Día 2 de entrenamiento:

Hoy me ha despertado Leah. Me ha dicho que es hora de desayunar y me ha arrastrado escaleras abajo. Cuando hemos llegado, mi antepasado y Geel estaban sentados en la mesa de la cocina, comiendo unas galletas, todos en pijama.

-Parece que se te han pegado las sábanas -me dice Geel.
-Es que no sé que hora es, hemos cambiado de dimensión demasiadas veces.
-Toma -Xabi rebusca en sus bolsillos y me ofrece un reloj digital-. Se ajusta automáticamente a la hora de cada dimensión o planeta, incluso si el día tuviera más de 24 horas.
-Genial. Gracias.
-Hoy tienes toda la mañana para descansar. Tienes lo que quieras para entretenerte en el salón. Ah, y no se si has visto alguna vez un libro que no sea digital, pero si te interesan tengo una pequeña bibilioteca.
-¿Y yo qué? -dice Geel- ¿Has decidido si me vas a entrenar?
-¿Para qué? -le pregunto- Si lo hago yo debería ser suficiente pare destruír al Cráneo ese.
-No vayas tan sobrado -me dice mi antepasado-. Te recuerdo que casi te mata sin que tu llegaras ni a verlo.
Ah, y en cuanto a tu entrenamiento -continua, dirijiendose a Geel-, por desgracia, no controlo mucho el uso de espadas europeas, y aún menos el elemento Luz. Pero conozco a un amigo que sí.
-Leah, tu también estás entrenando, ¿no?
-Bueno, él me obligó -me dice, señalando al héroe-. Pero parece que voy a tener unos días de descanso, por suerte.
-Es cierto -dice Xabi-. Le pedí a mi novia que la enrtenara, ya que sabe más de arcos que yo, pero ayer después de darle su primera clase tuvo que irse a un torneo, a si que no volverá en unos días.

Termino mis galletas y Leah y yo nos vamos al salón. Lo primero que me sorprende son las múltiples consolas que tenía debajo de la mesa de café y en estanterías de la pared. Lo que me sorprendió no fue la cantidad, si no la antiguedad de muchas de ellas, algunas incluso aún tenían lector de cartuchos. Ahora mismo, una de las mas caras se pueden vender por más de 150.000 Xenons. Tammbién encontramos cartas en un cajón, desde simples barajas a juegos de cartas coleccionables. Como nunca había jugado con cartas físicas, decidimos probar uno de los juegos de cartas. Al  principio me parecía raro, pero en seguida me acostumbré. Ah, y por cierto, acabo de descubrir que Leah es buenísima en las cartas y en los videojuegos. La dejo jugando con una consola de hace por lo menos 100 años y me voy a ver la biblioteca. Es increíble: Estanterías llenas de libros de autores que no existen en mi mundo pero que estudiamos en literatura, otros más actuales, y varios estantes de cómics y hasta manga original de la Tierra. El único problema es que, aunque algunos están en inglés antiguo y puedo leerlos más o menos bien, la mayoría están en un idioma que jamás he visto. Al final después de ojear unos cuantos libros, vuelvo al salón, y volvemos a jugar al juego de cartas.

-¿Es verdad que tienes cinco hermanos? -me pregunta Leah, después de destruír uno de mis mountruos del juego de cartas-. Me lo dijo el héroe.
-Si. Aunque los veo poco.
-¿Cómo son?
-La mayor, Renne, tiene 22 años y está estudiando medicina en un planeta lejano, a si que la veo poco. Es una muy buena estudiante, aunque también lucha bien. Es de elemento luz. Luego está Mimi, de 19 años. Está bastante loca. Comenzó a tranajar en el ejercito de Xenon con 16 años y se convirtió en una de las mejores tiradoras de la división, pero no le gustaba mucho. Dos años después se convirtió en una cazarecompensas. Usa el elemento aire. Me visita por lo menos una vez al mes, de todos mis hermanos fue con la que más pasaba el rato. Aunque una vez intentó meterme en la lavadora. El siguiente es Rhein, que tiene ahora 17 y usa el elemento fuego. Debería estar en la DM, de hecho, si miras en la consola, está entre los 10 mejores de la liga avanzada por elementos. Nos peleábamos a todas horas, de hecho, aprendí a luchar gracias a él. Por culpa de eso, nos hecharon del orfanato.
-¿Se puede hechar a niños de un orfanato?
-Al parecer si, simplemente el gobierno te obliga a ingresar en otro. Después de él, está Noah, elemento agua. También está en la DM desde el año pasado, y solo tiene un año más que yo. Era muy amable conmigo, y siempre nos curaba las heridas a Rhein y a mí.Yo soy el quinto, y la pequeña se llama Monnen. Aún no ha eligido elemento, ya que solo tiene 12 años. Cuando Mimi se independizó, pidió que alguno de nosotros nos fuéramos con ella. Como yo, Noah y Rhein estábamos en la escuela de combate, decidimos quedarnos, pero Monnen accedió a irse con ella, aunque creo que no tienen un hogar fijo.
-Vaya, menuda familia.

Seguimos jugando hasta que Xabi entró y me llevó a la sala de entrenar. Consigo esquivar la primera serie de ocho troncos a la primera.

-Bueno, nada mal. Vamos a pasar a otra cosa. ¿Sabes lanzar energía?
-¿Lanzar qué?
-Vale, ya veo que no. Es esto -su mano se envuelve en una niebla negra, luego, extiende su brazo de golpe como si lanzara una pelota y de su mano sale una bola negra de gran velocidad  que se estrella contra la pared y provoca una explosión-. ¿Lo entiendes?
-Más o menos. ¿Cómo lo hago?
-¿Recuerdas como entrar en sigilo?
-Por supuesto.
-Vale. Lo que haces en ese caso es expulsar la energía de tu interior de forma que salga justo fuera de tu cuerpo, perdiendo la forma corpórea hasta que la energía entre de nuevo. Para las emisiones de energía, sólo tienes que concentrarla en un punto determinado (en este caso las manos) y luego expulsarla de golpe. Aunque no lo parezca, las emisiones de energía con forma de rayo son más sencillas de hacer que las que tienen formas esféricas o de otro tipo, ya que es necesario comprimir energía justo antes de expulsarla, aunque también son más precisas y controlables. Prueba a hacerlo.

Un trozo del suelo bajo nuestros pies comienza a levantarse hasta estar en posición vertical; luego, una cruz se ilumina en el centro, dándome a entender que ese es mi objetivo. Extiendo los brazos hacia delante y hago lo mismo que cuando entro en sigilo, pero esta vez concentrandome en mis manos. Cuando creo que ya puedo soltarla, expulso la energía, que sale como si en mis manos hubiese explotado una granada, emitiendo energía negra en todas las direcciones.

-Bueno, algo es algo-dice mi antepasado-. No está mal para ser la primera vez, pero cuando expulses la energía, intenta hacerlo de forma lineal. Ah, y ten cuidado, lanzar mucha energía te puede agotar enseguida.

La segunda vez aún parece que mis manos hallan explotado, pero gran parte de esa energía consigue ir en línea recta y destruir el blanco.

-Vale, muchísimo mejor. Ahora vamos a probar lanzando bolas esféricas de energía, pero no así, ya que o no podrás o te agotarás. Pero por suerte una de las transformaciones de tu guantelete nos será útil.
-¿La azul? Esa no me cansa, pero me daña mucho el brazo, la primera vez que lo intenté, lo perdí. Suerte que tenía la curación.
-No te preocupes. En estos últimos días, tu condición física ha mejorado como resultado de todos los combates y entrenamientos, a sí que te costará menos. Venga, activa la armadura.

Activo el colgante y vuelvo estar en mi armadura. Selecciono la transformación azul y la activo. El suelo vuelve a levantarse y yo empiezo a formar una bola azul brillante desde el guante. La bola es muy pequeña, pero desprende gran energía. Cuando creo que está lista, la lanzo hacia el objetivo y, justo al impactar, el suelo (tanto el trozo en vertical como el suelo de alrededor) sale disparado con gran velocidad y se estrella contra la pared.

Me paso las horas que quedan de entrenamiento practicando las emisiones de energía y la transformación azul. Cuando se acaba por hoy, me voy al salón a jugar a algo, ya que hoy no necesito dormir. Cuando llevo un rato jugando con una de las consolas antiguas, Xabi entra.

-Por cierto, se me olvidaba; Me he puesto en contacto con tu hermano mayor. Le pregunté si quería ayudarte a entrenar y me dijo que sí con gran entusiasmo. Le he mandado mi dirección y dice que estará aquí en una semana.
-¿Que has hecho qué? ¿Pero tú estás loco? ¡Lo único que Rhein quiere es matarme!
-¿Y? Reaparecerás. Estamos en la DM.
-¡Ya lo sé, pero no quiero perder contra él! ¡Pensaba desafiarlo yo cuando hubiera entrenado lo suficiente!
-Bueno, pues una razón más para entrenar esta semana.
-Lo haces a proposito, ¿verdad?
-En efecto. Te recuerdo que aunque no haya modificado su ADN, tus hermanos siguen siendo mis descendientes, y además, si tu y yo somos la misma persona también son mis hermanos. Tengo todo el derecho del mundo.
-Eso no te lo discuto, pero... ¿Por qué ÉL?
-Porque es el único registrado en el sistema de ligas que sale entre los veinte primeros, por lo que me ha sido fácil localizarlo. En fin, tengo cosas que hacer. Tu sigue divirtiéndote.

Se va y me deja a solas con mis pensamientos, maldiciendo a Rhein y a mi antepasado.

viernes, 9 de octubre de 2015

~Dimensional heroes~ Capítulo 18: Interrupcíon en el peor momento

Y la batalla comienza.
Él lanza el primer ataque.
Como siempre.

Rápidamente desvío su potente hachazo desenvainado mi katana, aunque me cuesta más con la mano izquierda. Cuándo estoy fuera de peligro, entro en sigilo y cargo contra él; sin embargo, me detecta y me derriba con el mango. Sigo sin averiguar cómo hace para detectarme. Mientras estoy en el suelo, aprovecha para intentar darme con el hacha, pero me muevo y me levanto rápido y doy un corte con fuerza, sin embargo, las limitaciones de mi mano zurda hacen que su armadura lo bloquee prácticamente sin un rasguño. Me voy para atrás antes de que contraataque, y antes de hacer nada más, cambio la ranura de transformaciones del guante derecho al izquierdo.

Durante un rato, intento golpearlo varias veces, pero siempre se anticipa a mis movimientos y me bloquea totalmente, y creo que sé por qué es: Desde nuestro último combate no he variado mi estilo de lucha ni he entrenado nuevas técnicas. Si quiero vencer, tengo que innovar, pero las condiciones no ayudan: el terreno es totalmente desértico y lo único que hay es la grieta a mi izquierda y encima no podré usar la mano derecha hasta dentro de un buen rato.

Decido hacer algo que no se espere y le lanzo las cadenas y, como era de esperar, las puntas afiladas se clavan en su armadura y rápidamente me atraen hacia él; me pongo la transformación azul de las botas y me quedo pegado durante un segundo a él y salto. La transformación azul consigue el efecto previsto: el impulso que obtengo al saltar crea un retroceso muy potente, que hace que lo lance para atrás y resquebraje poco su armadura. Corro hacia él en sigilo y, justo cuando se levanta activo la transformación roja de las botas, le salto y le asesto dos patadas giratorias, una en el pecho con la derecha y otra en la cara con la izquierda. Justo después, uso la transformación azul del guantelete y genero una mini-onda de energía justo delante, suficientemente fuerte como para terminar de romper parte de su armadura y aturdirlo una vez más. Ya había ganado.

Sin embargo, me detuvo un ruido. Un estruendo muy potente, como una liberación de emergía. Miro al cielo y veo un destello alargado de luz, del que salen varias figuras que no alcanzo a distinguir. Parece que están hablando. Sin previo aviso, las figuras vienen a por mí. Unos cinco lagartos negros de ojos rojos vestidos con prendas gastadas de cuero y armados con lanzas largas cargaban hacia mí. Al primero, me lo cargo con la ballesta de un flechazo en la cabeza, pero otro viene y me golpea la mano con la punta de la lanza, y acto seguido intenta clavármela, pero una flecha disparada por Leah me salva la vida y acaba con la suya. Al igual que los esqueletos, se envuelven en una luz negra y se funden con la tierra. Noto que alguien me llama por la espalda y, según me giro, una figura blanca muy grande me agarra de la mandíbula y me levanta en el aire con su gran brazo envuelto en una luz morada, se me pone la vista borrosa y no puedo respirar. Noto que se me va la energía... y de repente me desmayo.

lunes, 21 de septiembre de 2015

~Dimensional Heroes~ Capítulo 17: Dura travesía

Al final Leah ha venido conmigo. Hemos tenido que buscar a fondo en las bibliotecas públicas hasta encontrar la dirección de la casa de Xabi, hasta que al final la hemos encontrado, y no está cerca que digamos. Hemos salido de la ciudad por la puerta del este y avanzamos por un camino de gravilla, siguiendo el mapa de mi consola. Me fijo en que en esta dimensión hace menos calor que en la otra. Además, está nublado. Lo único que veo enfrente mía es la llanura, además de el camino, que avanza hasta el horizonte.
-¿No hay alguna manera por la que podamos llegar antes? -me pregunta Leah.
-No, parece que no. Antes él solía venir a decirme cosas, pero parece que se ha cansado de acosarme.
-Vaya... Por curiosidad, ¿cómo es?
-Como yo, pero con el pelo un poco más largo.
-Ah, tiene lógica. ¿También es del elemento oscuro?
-Si -después de contestarle me doy cuenta de algo-. Espera, ¿Tú de que elemento eres?
-¿Yo? No me especializo en ninguno en específico, aunque elegí Tierra en la elección.
- ¿Los torneos para entrar en la DM en tu planeta son iguales que en el mío?
-Depende. ¿En Xenon haceis torneos en los cuales entraban aquí los dos finalistas? -me contesta.
-Sip. ¿Lo ganaste?
-No, quedé segunda.
-Yo sí.
-¿En serio?
-Sí. Y por culpa de eso mi ancestro y una amiga me obligaron a hacerme un tatuaje.
-¿En serio? ¿Puedo verlo?
-No. Por cierto, ¿conoces a quién te ganó? Yo ya me he encontrado con el chico al que gané. Era el tío de
la guarida de hace tres días.
-Parecía fuerte.
-Lo es. Si no fuera por mi gen me habría ganado.
-¿Que hace tu gen?
-Mejoro en combate cuanto más daño recibo, y según estoy viendo últimamente, también mejoro segúnvoy haciendo daño.
-¿De verdad? Eso es bastante útil, ¿no?
-Si, la verdad. Además, no se si tiene algo que ver, pero puedo resistir con heridas mortales. Rick me clavó su hacha con fuerza en la espalda, y aún así seguí adelante y gané. ¿El tuyo?
-Simple puntería, supongo. El que me ganó en mi torneo se llama Vethor. Era del elemento Aire y era capaz de usar electricidad. Además tenía un espadón enorme.
-Un segundo... ¿Tenía el pelo verde y las orejas puntiagudas? -pregunto.
-Sí, como yo y todos los de mi planeta.
-Espera un segundo -saco mi consola y reviso mi registro de combates. Bajo hasta el primer combate y veo el nombre de mi contrincante: Vethor-. Me he enfrentado a él.
-¿Ah, sí? ¿Como te fue?
-Gané.
-Ah.

Seguimos caminando siguiendo las coordenadas desde el mapa de la consola. El camino es una zanja de tierra sosa rodeada de la hierba de los prados. Al fondo, unos bosques con árboles altos y hermosos; al fondo del camino, unas montañas. Sin embargo, en un claro detrás de los árboles, hay una grieta enorme en la hierba. No se ve el fondo, ni parece poder rodearse. Mide como 10 metros de ancho.

-¿Qué hacemos? -dice Leah. Yo doy unos pasos hacia atrás y miro al frente. Pongo la transformación azul de las botas y salgo corriendo. Al llegar al borde, doy un salto y entro el sigilo para coger impulso. Consigo aterrizar justo en el borde opuesto de la grieta, pero me desequilibro y caigo al vacío.

Consigo sacar las garras de los guantaletes y engancharme a la pared; intento no mirar abajo y lanzo las cadenas cerca del borde, las cuales me impulsan hacia arriba hasta poder agarrar el borde y subir.

Me giro y miro a Leah, mientras pienso cómo traerla. Veo que me hace un gesto con la mano, como señalándome, aunque no veo bien. Me giro para ver si estaba algo a mi espalda; tengo el tiempo justo para intentar bloquear el hachazo que se me viene encima, que además casi me tira al vacío otra vez. Doy un pequeño salto lateral para ponerme a salvo. El guantalete bloqueó la mayor parte del golpe, pero aún así no soy capaz de sostener la espada con la mano derecha. Cómo no, delante mía está Rick con unos cuantos hombres con pinta de mercenarios.

-¿Otra vez? ¿No me puedes dejar en paz? -le digo.
-Cállate, no estoy aquí por gusto. Seguramente no te hallas dado cuenta, pero te has metido en líos.
-¿Qué clase de líos?
-Pues primero los bandidos  se han cabreado contigo. Según ellos, te cargaste a la mitad de ellos y los saqueaste.
-Técnicamente fue culpa de ellos, yo no les pedí que me secuestraran.
-¡Da igual!  Y luego, parece que te han echado a ti las culpas de la destrucción de la base del este.
-¿De la qué?
-La última vez que os vimos.
-Eso es absurdo. De hecho, casi fue más culpa tuya que mía.
-Eso díselo a los guardias de seguridad que te vieron entrar por las cámaras minutos antes de que todo explotara.
-Claro, me ven a mi y no al gusano metálico gigante, ¿no?
-Deja de quejarte, he venido a hacerte un favor.
-Si, ya lo he notado cuando hace un minuto intentaste rebanarme el cuello con tu hacha tocha.
-A ver, escúchame. Te has hecho enemigos muy poderosos y ahora ofrecen recompensa a quien sea que te mate.
-No le veo el sentido -digo-, aunque me mates tú o otros mercenarios, reapareceré igual.
-Por lo que he oído, quieren que tu derrota quede en tu historial de liga para poder usarlo de publicidad. Me han contado que probablemente engañen a la gente diciendo que han matado al héroe del que desciendes o algo así. Yo no estoy con ellos.
-Entonces... ¿no vas a atacarme?
-¿Qué? No, no he dicho eso. A ver, entiéndeme, no te odio, pero no me gusta que me venzan. Entonces se me ha ocurrido una cosa. Yo te venzo a ti y tu derrota aparecerá en tu historial. La gente que espiaba, (dela cual no puedo hablarte) creerá que lo ha hecho un mercenario suyo, y entonces yo lo desmentiré, me llevaré todo el mérito y mi venganza, mientras que la creedibilidad de "ellos" se verá afectada. Todos salimos ganando.
-Excepto yo. No quiero perder puntos ni mi racha perfecta.
-Algún día tendrás que morir, digo yo.
-A ver, veo que de aquí no te vas a ir sin luchar. Hacemos una cosa, ¿vale? Si tú ganas, te sales con la tuya. Si yo gano, me dejas en paz, ¿vale?
-Mmm, venga, acepto -me dice tendiéndome la mano. La acepto.
-Que conste que si pierdo es porque me has roto la mano derecha.
-¿Ya estás buscando excusas? ¡Si te la puedes curar!
-No es tan fácil...
-¿Ah, no?
-Es la mano que uso para curarme...
-¡EH! -escucho gritar a Leah desde el otro lado-. Si habéis acabado de charlar, ¿me podéis sacar de aquí?
-Aún no -le grito- pero te puedes cargar con el arco a los mercenarios si quieres -digo mientras cambio las ranuras del guantalete del derecho al izquierdo.

Agarro firmemente a Masamune con la izquierda sin desenfundarla, mientras él se pone en posición y flechas verdes pasan silbando impactando en mercenarios que huyen despavoridos.

miércoles, 15 de julio de 2015

~Dimensional Heroes~ Capítulo 16: Misión

-A ver: -comienzo a hablar mientras termino mi frapuccino de vainilla, aunque no tengo ni idea de que decir- No podemos quedarnos de brazos cruzados después de esto.
-¿De qué? -me contesta Leah.
-De lo que hemos escuchado en la guarida de esos bichos.
-Pero no sabemos nada seguro aún así...

Me veo interrumpido por un sonido de alarma que resuena por toda la ciudad, y despúés se oye un temblor. De nuevo el tentáculo de antes sale del suelo del Starbucks y casi me alcanza, pero consigo echarme a un lado a tiempo.

-¡Corre! -grito. Salto por el agujero del techo que el tentáculo ha hecho y corro por las calles. Leah me sigue por detrás, con el arco cargado. Salto por las calles en dirección norte hacia la puerta principal, ya que no puedo saltar la muralla debido a que está  todo cubierto de un campo de fuerza. Oigo al gusano metálico moverse por el suelo. Cuando estamos llegando, algo me agarra por detrás, y yo solo noto el frío metal en la espalda antes de salir disparado a gran velocidad hacia lo alto. Intento prepararme para la caída, pero sin esperármelo, choco contra el campo de fuerza de arriba, pero al chocar con tanta fuerza, me impulsa hacia fuera y no hacia dentro. A pesar del golpe contra el campo, logro activar el colgante para ponerme la armadura, lo que me permite sobrevivir a la caida con las botas, aunque estoy bastante mareado. He aterrizado en una llanura al lado de la ciudad. Entonces, una gran bola metálica aterriza de golpe al lado mía , haciéndome caer al suelo.

De la bola metálica salen dos brazos y dos piernas robóticas, y luego le sale una pequeña cabeza, adquiriendo la forma de un robot grande y fuerte. Los brazos y las piernas  parecen formados por un montón de tubos amarillos elásticos que unen piezas metálicas doradas con pequeños dispositivos. Las manos son muy grandes y solo tienen cuatro dedos. Los dedos también  tienen tubos elásticos. En el cuerpo del robot (es decir, la esfera metálica) tiene una compuerta metálica. Tiene seis mini-generadores alrededor de la compuerta, de los cuales saltan chispas azules. Tiene la altura de unos cinco metros.

No veo venir el primer golpe. De repente, su mano sale volando hacia mí impulsada con los tubos elásticos cargada de electricidad y me agarra, sin dejarme escapar, por lo que recibo un montón de descargas. Por suerte, la armadura me protege bastante de la electricidad. Consigo librarme de ella con la transformación roja de los guantaletes, pero tengo que usar mi habilidad curativa para no desmayarme. Me voy hacia atrás aún desorientado y desenvaino a Masamune, centrándome en localizar algún punto débil.

Su estructura es muy sólida, pero puede que pueda destruír los pequeños generadores que tiene en la parte frontal, y puede que pueda abrir la compuerta del centro de su cuerpo metálico. Me acerco rápidamente al robot e intento cortar de un espadazo los cables que salen de uno de los seis generadores; sin embargo, un chispazo me agarrota totalmente y soy incapaz de moverme. Entonces me dá un puñetazo lleno de fuerza y electricidad y me tira para delante. Mientras estoy en el suelo, el robot salta y aterriza sobre mi, con sus piés a los lados de mi cuerpo, y mientras me empuja el cuello contra el suelo, coge impulso con el otro puño. Cuando está a punto de golpearme, activo la transformación roja del guante y lo paro con el puño. Entonces le agarro de dos dedos y tiro de ellos, arancándolos y haciendo que se vaya a un lado. Agarro su mano y tiro fuerte de ella, mientras que arranco cables de los generadores con la otra mano.

Su mano se desprende de su cuerpo con los cables  colgando y empieza a chispear violentamente. Agarro su mano desprendida por los cables y la agito como un mangual. Entonces la lanzo contra el centro de su cuerpo y lo abollo bastante, destrullendo todos los generadores. Entonces se abre la compuerta y empieza a generarse energía dentro de su cuerpo. Cuando pienso que va a explotar, veo que está a punto de lanzarme la energía concentrada, entonces cambio a la transformación azul y consigo crear con éxito una esfera de energía. Se la lanzo antes de que él me ataque y entra en su cuerpo por la compuerta, explotando en una lluvia de pequeños trozos de hierro dorado y humo.


Entro en la ciudad por la puerta más cercana y lo primero que veo es una serpiente metálica enorme tirada por los suelos, con flechas clavadas en el acero roto y quemado. No veo donde termina, a si que sigo el rastro metálico. Según voy avanzando, me fijo que del cuerpo gigante salen los tentáculos que nos atacaron antes, en el mismo estado que el cuerpo. Cuando llego a la cabeza, veo a Leah con el arco en el hombro y arrancando una flecha de la cabeza robótica de la serpiente.

-Buen trabajo -le digo.
-Gracias, supongo.
-Sabes lo que esto significa, ¿no?
-¿Qué? -me dice, mientras sigue arrancando flechas.
-Alguien nos quiere muertos -contesto.
-Pero si nos matan reaparecemos -me responde.
-Tienes razón, pero aquí pasa algo raro.
-¿Qué hacemos?
-Tú haz lo que quieras. Yo voy a ver al Héroe -digo, alejándome en dirección a la puerta.
-¡Eh! ¡Espera!


sábado, 20 de junio de 2015

~Dimensional Heroes~ Capítulo 15: Situación crítica

-¿Has oído eso? -Me pregunta Leah.
-Y lo he visto -le contesto, asintiendo.
-¿Qué hacemos?
-Irnos de aquí. ¿Necesitas esas armas?
-¿Qué? No me puedo ir de aquí sin ellas.
-Puedes comprar más.
-Pero no mejores.
-Bueno, vale, pero rápdio, nos deben de quedar pocas salas, en algún momento acertaremos.

Seguimos avanzando sala a sala y con sigilo hasta que llegamos a un arsenal.

-¿Estarán aquí? -me pregunta Leah.
-Tú sabrás. Pero a lo mejor tienen algo interesante...
-¡Eh, mira! -me dice señalando unos cuchillos encima de una mesa- Son míos... Y ahí está mi espada -señala una espada pequeña con guarda plateada y una hoja con un brillo azul claro.
-Pues venga, vámonos.
-Espera, aún me falta mi arco... ¡Mira! ¡Ahí está! -dice, señalando un arco hermoso de color verde y muy decorado, con la cuerda plateada, que se encuentra en una vitrina.
-Ten cuidado, podrían saltar alarmas.

Mientras caminaba hacia la vitrina y yo inspeccionaba el armamento, se oye un pequeño terremoto, y entonces, las luces se apagan y se encienden las luces rojas de emergencia, mientras se escucha un sonido intermitente.

-¡Te dije que tuvieras cuidado! -le digo a Leah.
-¡Aún no lo he tocado! -me contesta. Entonces rompe la vitrina con la empuñadura de la espada y coje el arco y algunas flechas que por la forma similar a las que ya tenía en el carcaj, deduzco que son suyas también.
-¡Vámonos! -la apresuro.
-¡Espera! ¡Mira! -me señala una ballesta roja no muy grande colgada en la pared, con runas sobre la superficie- Esa ballesta es muy buena, según tengo entendido. -la coge- Al parecer forma parte de... -se la quito de las manos- ¡Eh!
-Me prometiste armas. Esta es mi comisión. Venga, vamos -digo, colocando la ballesta (que por cierto, es plegable) en el cinturón al lado de la catana.

Salimos corriendo de la sala y vemos a varios esqueletos y otros bichos raros corriendo de un lado a otro por la base, a si que decidimos ignorarlos. Cuándo estamos a punto de salir por la puerta principal, la puerta se cierra de golpe desde arriba. Entonces entra en la sala Rick y el soldado que vimos morir y transformarse un esqueleto.

-¿Qué haces aquí? -me pregunta Rick.
-La pregunta es... ¿que haces tú ayudando a iniciar una cuarta guerra mundial? -le contesto, casi gritando.
-¿Qué? Ah, eso... No, de hecho, intento evitarlo. Estoy aquí de espía.
-Ah... Venga, déjanos salir de aquí.
-¿Bromeas? No he olvidado lo que me hiciste en el torneo. Me pienso vengar.

Veo al guerrero esqueleto venir hacia mi con su machete, pero Leah está más atenta y crea de la nada una andanada de flechas hechas de luz verde que impactan en el esqueleto, haciéndole retroceder y dejándole unas marcas luminosas verdes en las zonas impactadas. Entonces coge una flecha de las nuevas del carcaj y la dispara, impactando de nuevo y esta vez haciéndolo desaparecer en una explosión de humo negro. Aprovechando la explosión, cambio el guantalete a la transformación roja y destrozo la puerta metálica de unos pocos puñetazos. Sealgo corriendo asegurándome de que Leah me sigue, y veo que Rick también.

-¡Ven aquí, cobarde! -me grita Rick desde atrás. Si no lucho contra él no es por cobardía, si no que aquí estoy en desventaja, al haber enemigos corriendo por todos lados.
-¿A donde vamos? -me dice Leah.
-Ni idea. ¿Alguna sugerencia?
-Hmm... sígueme -me contesta.

La sigo por el lado contrario del camino del bosque, y Rick también. De golpe, él da un salto enorme y cuando está apunto de caer sobre mí, se oye un estruendo enorme y lo que parece un tentáculo metálico y cilíndrico sale de la tierra y atraviesa a Rick, haciéndolo desvaner. Veo que se acerca hacia nosotros y también veo que a parte de ser un cilíndro metálico y flexible tiene en el extremo una bombilla roja rodeado de picos dentados.

El tentáculo avanza rápidamente y está apunto de pillarnos, de forma que paso al ataque. Saco mi nueva ballesta y antes de disparar, compruebo de que tiene una runa de munición automática, lo que significa que no necesito virotes. Según toco el gatillo, aparece un virote, y al disparar, apunto al ojo rojo del cilindro. Según suelto el gatillo el virote se prende en fuego, y al inpactar prduce una explosión pequeña, provocando que el tentáculo caiga al suelo. El extremo del tentáculo ha quedado totalmente destruído, pero sin embargo, se desprende de este extremo y deja otro exactamente igual, lo que significa que está formado por capas exacamente iguales. Por si eso fuera poco, aún llegan más, desde debajo de la tierra.

-¿A donde vamos? -Le pregunto a Leah.
-¡Al portal!
-¿Qué portal?
-¡El que lleva a la dimensión vecina! ¡Mira! Ya casi estamos.

Mientras escapamos de los tentáculos metálicos veo al fondo del bosque una pequeña estructura de piedra con un símbolo redondo en el centro. Cuando la alcanzamos, Leah toca el centro del símbolo y nos desvanecemos justo antes de que uno de los tentáculos nos alcanzara.

Cuando puedo ver de nuevo, estamos sobre una estructura similar, esta vez al lado de una muralla metálica. Miro a mi alrededor y estamos en una ciudad muy desarollada tecnológicamente, como Xenon, con vehículos voladores, campos de fuerza y  teletransportadores.

-Vale, ¿ahora qué? -pregunta Leah.
-¿Qué de qué?
-Hombre, habrá que hacer algo, sobre lo que hemos oído y eso...
-Tenemos que hablar de eso más tranquilamente. ¿Conoces algún lugar donde podamos hablar y descansar?
-Allí hay un Starbucks.
-Perfecto.

martes, 26 de mayo de 2015

~Dimensional Heroes~ Capítulo 14: Huesos Rotos

En estas últimas tres semanas, he estado luchando y entrenando un montón y ya tengo 145 puntos en mi liga. Ahora mismo estoy entrando en un bosque de árbloes verdes claros y altos. Hay varios caminos edificados, pero sin embargo tengo que desviarme porque están incompletos. Estoy pasando por un claro amplio en el bosque cuando diviso algo que no parece humano.

En unos segundos, un grupo de... algo pasa atravesando el claro como si cargaran contra algo. Entonces me acerco y... no puedo creer lo que veo. Son pequeños... mounstruos.... no muertos, prácticamente son todo huesos, pero se mantienen de pié y corre, además de tener ojos negros en las cuencas. También parecen tener lenngua, lo que podría decir que bajo sus ligeras armaduras de cuero tienen estructuras orgánicas, aunque las manos y piés son totalmente huesudas.

Lanzo una piedra cerca para llamar su atención y se quedan mirándola, extrañados.

-¡Eh!-intento llamar su atención. Entonces todos corren hacia mi y sacan sus dagas.

Corro un poco por el claro para posicionarme bien; entonces desenvaino a masamune y lanzo un corte que destruye a varios a la vez, demostrando que realmente no tienen ningún órgano interno. Lo que me extraña es que en vez de desaparecer en una luz blanca y azulada que se eleva hacia al cielo lo hacen en luces oscuras y opacas que se hunden en la tierra. Sigo destruyéndolos hasta que uno me pilla por sorpresa y me tira del tobillo, tirándome al suelo. Antes de que me pueda levantar, unos cuantos bichos me inmovilizan mientras otros  se acercan con sus dagas. Uno de ellos llega hacia mí y apunta con su daga directamente a mi cuello; pero justo antes de impactarme, algo atraviesa su cabeza huesuda y se desvanece. Entonces, varios de ellos enpiezan a recibir flechas en sus cabezas y comienzan a desvanecerse. Entonces yo me deshago del resto con mi catana y mis puños, hasta que no queda ninguno.

Intento mirar de donde venían las flechas, pero no veo nada. Entonces, escucho un zumbido muy recononocible y me agacho en el momento justo para que una flecha me pase rozando el pelo. Vuelvo a escuchar un arco tensándose y esta vez con un poco más de tiempo a reaccionar consigo coger con una mano la flecha y localizar su procedencia. Rápidamente lanzo un cuchillo a donde ha venido la flecha, y oigo el ruido de alguien moviéndose entre las hojas y caerse al suelo al esquivar el cuchillo. Voy corriendo rápidamente a donde ha caído el enemigo.

Me encuentro a una chica menuda de pelo largo, verde y rizado, ojos rojos, armada con un arco de madera y con un carcaj lleno a la espalda. Va vestida con una armadura verde que se camufla con las hojas del bosque.

-¡Vale, vale!-me dice- ¡No podemos estar todo el día luchando!
-Te podría matar ahora mismo -respondo.
-No. Cállate. Mejor lo dejamos. ¿vale? Te propongo un  trato...
-No.
-Pero si ni siquiera...
-No. -insisto.
-Podrías conseguir armas chulas...
-Te escucho.
-Mira, los huesitos han robado mis armas...
-¿Huesitos?
-Los llamo así. ¿A que mola? -de repente su expresión cambia-. ¡Deja de interrumpirme! Se las han llevado a la base que tienen al lado del portal, y sé que allí tienen las armas de media dimensión.
-Y quieres que te ayude a recuperarlas, ¿no?
-Exacto. ¿Aceptas?
-Por qué seré tan bueno... está bien, acepto.
-Genial -me dice, estrechándome la mano-. Me llamo Leah, del planeta Lynn.
-Xabi, de Xenon.
-Curioso, ¿no?
-¿Qué?
-Nuestros nombres empiezan con la misma letra de nuestros planetas -me dice, mientras me indica el camino a la base.
-Supongo que nuestros padres no eran muy originales -contesto.

Avanzamos por los caminos hasta llegar al final del bosque y vemos una gran llanura con montañas a los lados. Nada más salir vemos un grupo de... huesitos formando frente a otro que debe ser su comandante, ya que tienen un casco.

Leah me hace una seña para que no haga ruido. Entonces ella se agacha, carga una flecha y atraviesa el casco del comendante. Entonces, saca una flecha de una sección distinta de su carcaj con la punta mas ancha; entonces, según lo lanza, la flecha prende fuego hasta impactar a un huesito, el cual sale corriendo y dadndo vueltas hasta que explota, extendiendo el fuego a los demás y provocando una reacción en cadena.

-¿Por qué explotan? -pregunto.
-Ni idea. Simplemente su inflamables. Venga, sígueme.

Seguímos andando hasta encontrar una estructura hecha de piedras moradas con unas escaleras hacia abajo dentro, decoradas e iluminadas con antorchas. Nos adentramos despacio y justo cuando llegamos a los pasillos de la base nos ponemos de acuerdo para movernos entre las pequeñas salas para no llamar la atención.

Nos movemos entre salas y habitaciones, hasta llegar a una despensa.

-¿No tienes hambre? -me pregunta Leah.
-Un poco. No como nada en dos semanas.
-Es lo que tiene estar en una dimensión simulada, ¿no? -me dice, mientras me tira un bollo de pan.

Mientras paramos de comer, escuchamos unas voces que vienen de unas rejillas de ventilación del suelo. Nos agachamos a mirar y escuchamos una conversación entre dos personas. Solo veo un hombre con armadura completa como si formara parte de un ejército y una sombra de algo que no logramos ver entero.

-Pero, señor... Creo que ya es suficiente. -dice el hombre.
-Nunca es suficiente -dice el otro, con una voz tan temible y profunda que nos pone los pelos de punta.
-Pe-pero... No puedo consentir mas muertes...
-¿Te crees que sin ecpulsar de las dimensiones a los guerreros podremos destruír los límites?
-Pero señor... creo que es muy pronto para iniciar una guerra de esta escala... Ya hay una guerra en pié entre Xenon y Tannong.
-Eso no importa. Ya has oído al Lord. Tenemos un ejército, tenemos poder, tenemos aspiraciones... ¿Qué mas quieres?
-Lo siento, pero me voy. No pienso consentir esto.
-Entonces no me sirves de nada

Entonces, la figura misteriosa le lanza al hombre una especie de rayo oscuro, que lo fulmina  y empieza a arder en llamas negras. Cuando las llamas se apagan, se convierte en un huesitos más grande y más armado.

-Bien. Ahora abre la puerta, tenemos un invitado. -dice la figura. El que antes era un hombre le obedece y abre la puerta de la sala, aunque solo oigo el crujido de la puerta. Cuando entra chico, me entran escalofríos: Su cara, armadura y hacha de doble filo son inconfundibles- Bien, Rick. Ya sabes lo que tienes que hacer.