jueves, 19 de marzo de 2015

~Dimensional Heroes~ Capítulo 7: El principo del fin

Tengo sueño. Bueno, puede que sea simple fatiga por las batallas, pero quiero descansar. En unas horas, estaré combatiendo a muerte contra uno de mis mejores amigos. Por suerte, se ha hecho de noche, y cumpliendo el horario previsto, nos asignan una habitación en el hotel contiguo al edificio del torneo. Lo primero que hago al entrar en mi habitación es tirarme en la cama con la ropa puesta. De repente, la puerta se abre y el mi antepasado entra.

-¿Qué tal andas - me dice al entrar
-Cansado.
-Normal, son muchos combates juntos. ¿Tienes alguna duda?
-Bueno, me gustaría saber por qué parece que tengo una espada medo vampírica.
-¿Eine? ¡Ah, lo de la sangre! No te preocupes, es una de sus cualidades. Simplemente se crece con sus víctimas.
-Se... ¿crece? -no entiendo lo que me quiere decir.
-Ya lo verás. Te irás dando cuenta de que tu destreza con Masamune irá aumentando. Bueno, veo que estás cansado, a sí que te dejo.
-Hasta mañana -intento decirle, pero ha desaparecido en cuanto he apartado la vista.

Me tumbo en la mullida cama del hotel a intentar dormir (estoy seguro de que no voy a lograr dormir en días), hasta que llaman a la puerta.

-Abierto -digo. Geel entra en la habitación-. Hola.
-Hola. Vengo a decirte que dentro de la arena, no te andes con contemplaciones. Lucha en serio sin miedo a lo que me pueda pasar. Yo haré lo mismo. Hasta mañana -se va.

Siempre ha sido de pocas palabras. Me tumbo a ver si puedo descansar en paz y, para mi sorpresa, duermo hasta tarde. Me levanto y me lado doy una ducha en el baño de la habitación, me lado los dientes y me pongo la misma ropa que ayer (lo único que me traje). Ya arreglado, me dirijo al ascensor, y mi antepasado me intercepta a la entrada.

-Bajo contigo.

Entro en ascensor: Es de cristal, es decir, veo el suelo desde setenta pisos más arriba. Miro al suelo y me hecho para atrás con cara desagradable. El héroe advierte este gesto.

-Supongo que también compartimos la acrofobia -me dice.
-Una de mis pequeñas manías- respondo.

Ya en el edificio, nos dirigimos a la cafetería a almorzar. Como unas pequeñas magdalenas y busco una mesa. Encuentro a Rya sentada en una mesa sola dándole vueltas a una tostada, a si que me siento enfrente suya.

-Hola, Xabi -me saluda.
-Hola. Creía que ya habías vuelto a casa.
-No, me quiero quedar para verte ganar.
-Puede que pierda.
-Eres el más hábil de aquí.
-Puede que no. Rico es terrible.
-Le puedes.
-¿Le puedo?
-Si. Estoy segura.
-Yo no lo estoy tanto.
-Él usa la fuerza bruta, no es diestro ni hábil, y a ti se te da bien despachar a ese tipo de luchadores, ¿no?

Unas campanadas nos interrumpen. Se activa el sistema de megafonía.

-POR FAVOR: LOS PARTICIPANTES GEEL Y XABIER ACUDAN AL COMBATE.

-¿Ya? -pregunta Rya.
-Eso parece.

Me levanto y me dirijo al pasillo. El resto es como siempre: avanzo, toco la piedra y estoy dentro. Delante mía está Geel, con su armadura blanca de principiante y su espada nueva, Excalibur. Según tengo entendido, esa espada toma nombre de una espada de una antigua leyenda terrícola. La espada es preciosa, la empuñadura es blanca con destellos amarillos y un rubí incrustado. El filo es tan blanco que refleja la luz. Nos miramos un rato y asentimos. Es el momento. Empiezo desenvainando a Masamune, pero no atacó, espero. Geel viene a gran velocidad y, justo cuando intenta blandir la espada, aprovecho unos segundos de vulnerabilidad para darle un codazo en el pecho, para luego intentar hacerle un corte. Él esquiva el último golpe y se va para atrás, pero yo me deshago de mi envoltura corpórea y en los pocos segundos que dura el siglo me coloco en su espalda y consigo hacerle un corte que rompe algo la armadura y le provoca una pequeña herida.

-Luchas mejor de lo que recordaba -me dice.
-Supongo.

Vuelvo a esperar a que él ataque. Cuando decide hacerlo, se acerca corriendo hasta mi, y cuando llega blande su espada rápidamente, y me agacho justo a tiempo; sin embargo vuelve a blandirla y me hace un corte en el antebrazo. No me lo voy a curar de momento. Desenvaino rápidamente a Masamune e intento devolverle el golpe, logrando hacerle otra herida en el costado. Me intenta dar una estocada, pero consigo esquivarla entrando en sigilo y colocándome en su espalda. Le doy un golpe con la empuñadura en la cabeza y lo derribo; entonces cometo el error de confirme demasiado. Intento rematarlo, pero antes de poder hacer nada, Excalibur atraviesa mi estómago mientras Geel se levanta. No puedo perder, no ahora, de forma que decido ignorar el dolor (creo que ya debería haber muerto) y desenfundar la katana. Preparo el golpe y corro hacia mi enemigo y, cuando lo alcanzo, asesto un corte mortal en el cuello sin dejar de correr. Me paro porque me empiezo a marear para curarme la herida, pero sé que no me hace falta: se muy bien donde le di el corte. Miro hacia atrás y efectivamente, ya no está. Unos segundos después salgo de la simulación y me despierto en la sala de la piedra.

Avanzo hasta la sala de entrenamiento sin saber qué hacer o a quien hablar. Por suerte no tengo que decidir, Geel me intercepta.

-Eso ha sido... Impresionante -me dice.
-¿El qué?
-Has recibido una estocada en el estómago... Y ni te has inmutado.
-Bueno, supongo que sí lo es.
-Bien hecho -me ofrece la mano y le doy la mía-. En fin, tengo que irme.
-¿Ya?
-Sip, tengo cosas que hacer.

Se va haciendo un gesto de despedida y me quedo solo. Decido acercarme al panel de emparejamientos para ver contra quien me toca disputar la semifinal. Descubro que soy el único que queda del grupo de mi instituto. Vale, me toca luchar contra otro oscuro, cosa que mola, y que la otra semifinal la disputa Rick contra otro chico que no conozco.

Me voy a recorrer un poco los pasillos hasta que me cruzo con Rya.

-Hola -saludo.
-Hey. Ha sido increíble lo que has hecho.
-A mí no me lo parece.
-Por favor, deberías haber muerto. Venga, una batalla más y tienes entrada asegurada.
-Sí, pero no entiendo por qué tengo que luchar en la final.
-No deja de ser una competición.
-Supongo que sí. ¿Te puedo pedir un favor?
-¿Si?
-Si entro en la DM... ¿Podrías cuidar de Rufa?
-¿Quién?
-Mi gata.
-Ah, claro, me encantan los animales. Sin problema.
-Gracias.

Me voy a dormir antes de la última batalla, la que determinará si entro en la DM o no.

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