jueves, 19 de marzo de 2015

~Dimensional Heroes~ Capítulo 8: Baile sombrío

-Xabi. Xabi. ¡Xabi! -Me caigo del sofá de la sala de espera ante esos gritos que, dado el parecido con mi voz, serán de mi antepasado. Abro los ojos y lo confirmo.
-Ugh... ¿Qué hora es? -pregunto.
-La hora de tu combate. Ah, y ten cuidado. Tu rival no es un oponente fácil.
-Vale, vale... A todo esto, ¿donde estoy? ¿En la sala de espera?
-¿Tienes amnesia post-siesta o algo? Y menos mal que no te has dormido en el banco de pesas...
-Venga, me voy. Hasta luego.
-Ten cuidado. O no. Con tu gen es irrelevante.
-Supongo.

Avanzo por el oscuro pasillo (parece que hay algún problema con las luces o algo) y entro por la puerta de una de las salas. Toco la piedra azul y la luz me envuelve hasta aparecer en el campo de batalla. Enfrente mía está mi rival, un joven con escasa armadura y lo que parecen ser unos guantaletes enormes. En unos segundos, le salen garras retráctiles de los guantaletes. Es un chico de elemento oscuro, creo que el único que he visto en todo el torneo, aparte de mí. De golpe, se lanza contra mí velozmente con sus garras, y no logro esquivarlo con éxito. El golpe me pilla por sorpresa y me hace un corte delante de la ceja, por poco me ha ido.

Ya después de esto, me preparo mejor e intento anticiparme a él. Vuelve a lanzarse de la misma manera, pero consigo esquivarlo.

-Ya te tengo -murmuro.
-¿Tú crees? -me contesta.
-Menudo oído tienes.
-Ya. Me lo dicen mucho.

Otra vez de golpe, desaparece en una niebla de oscuridad. Tardo unas cuatro décimas de segundo en pensar en lo que acaba de hacer, otras dos en darme cuenta, y el resto en intentar evitarlo sin éxito. Aparece detrás mía y antes de que pueda esquivarlo, me hace un gran corte en la espalda que me destroza la armadura y me tira al suelo. Entonces, salta encima mía apuntando directamente a mi cabeza con las garras. Consigo esquivarlo con un giro de cabeza (aunque me agujerea una oreja) y le doy un rodillazo en el estómago, quitándomelo de encima. Rápidamente, cojo a Masamune e intento darle un gran corte; a esa distancia y la velocidad del filo de Masamnune es imposible que lo esquive. Entonces vuelve a desaparecer y el filo choca contra el suelo; pero esta vez no me la va a dar. Yo también me deshago de mi cuerpo casi al mismo tiempo que él, haciendo que cuando él aparece, puedo darle un golpe con la guarda de la katana. Antes de que pueda darle un buen corte, desaparece  otra vez.

A partir de ahí estamos unos diez minutos apareciendo y desapareciendo, chocando espada contra garra de vez en cuando, hasta que se me presenta una oportunidad. En una de estas idas y venidas, mi rival intenta lanzarse contra mí otra vez, y yo lo bloqueo con Masamune, de tal forma que consigo que se desequilibre. Ya con lo agotados que estamos, le cuesta entrar en sigilo, y le doy un golpe en la cabeza con la guarda de la katana y se cae. Ahora o nunca: le hundo el filo en el cráneo para que en segundo y medio desaparezca en luces. Una vez más, las luces rojas y la sangre se mueven hacia la katana y esta las absorbe. En un rápido parpadeo de luces, vuelvo a estar en la sala de lanzamiento.

Casi no me lo creo, me caigo al suelo suspirando sonríendo a más no poder, y empiezo a soltar gritos de alegría: Estoy en la DM.

Me voy rápidamente a la cafetería a por una bebida y me paro delante de la máquina expendedora.

-Te recomiendo una Xabi-Cola. Cobro bastante por derechos de imagen, ¿sabes? -reconozco la voz del héroe a mi espalda-. Bien jugado, pequeño héroe.
-Gracias. Estoy en la DM, ¿no?
-Si, pero tienes que luchar la final de todos modos. Contra Rick. Se ha cargado a su rival de la semifinal de un golpe.
-Buff....
-¿Me estoy volviendo loca o veo dos Xabis? -escucho a alguien decir detrás nuestra. Giro la cabeza y veo a Rya.
-Ah no... bueno si. Da igual, una larga historia -respondo.
-No hay quien te entienda. Oh, hey, buen combate ahí fuera. Ahora, a ganar la final.
-No creo que pueda.
-Venga, seguro que sí.
-Que no.
-Que sí.
-Que no.
-¿Que te apuestas?
-Hmm... si gano, me hago un tatuaje . Y si pierdo...
-Y si pierdes también -interviene mi antepasado.
-Trato hecho -contesta Rya.
-Pero... -intervengo.
-¡Cállate! -me dicen al unísono.

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