jueves, 19 de marzo de 2015

~Dimensional Heroes~ Capítulo 5: La última semana

He progresado mucho esta semana. Los tres primeros días solo hemos entrenado los movimientos y golpes cuerpo a cuerpo; el resto de la semana, me ha enseñado a manejar a Masamune. Los resultados se ven en seguida, en las clases de combate tengo un éxito brutal. Por supuesto, los demás luchadores que aspiran a la DM también se entrenan, pero soy el único al que ayuda el héroe más importante de todos los tiempos, u eso me hace pensar en si es injusto para los demás. Aunque claro, al fin de al cabo, esto es pura supervivencia. No se cómo, pero veo que Rya (siempre estoy pendiente de ella) también progresa mucho.

-Hoy empezaremos con las habilidades y la magia -me dice Xabi en la simulación de entrenamiento-. Por supuesto, no puedo enseñarte muchas cosas mientras no tengas un elemento asignado. ¿Cuándo es la elección? ¿El miércoles?
-Sí -respondo.
-Veo que entonces conserváis el horario terrestre en cuanto a días de la semana. Bueno, empezamos con la curación. Lo primero que debes saber es a saber cuando curarte, recuerda tu gen.
-Entonces, ¿solo debo curarme cuando esté muy mal?
-Si, pero tampoco te arriesgues mucho. Llegará el momento en el que curarte y estar medio muerto se tan instintivo como respirar.
-¿Tan bueno es ese gen?
-Una vez me atravesaron el corazón con una lanza al mismo tiempo que tenía una hacha en la espalda; de un movimiento destruí un ejército entero, para que te hagas una idea.
-Vaya -digo, sorprendido.
-Bueno, al lío. Relaja tu cuerpo y tu alma y canaliza esa relajación a tus dedos. Lo demás saldrá de ti -me dice.
-¿Cómo lo hago si ni siquiera estoy dañado?
Sin avisar, pasa su palma con los dedos estirados con mucha velocidad por el pecho, y no sé como, pero me corta y me hace una herida.
-Cúrate, o te desangrarás en tres minutos más o menos.
-Estás mal de la cabeza, ¿eh? -le digo.

Me tranquilizo y me concentro en relajarme. Intento hacer lo que me dijo y canalizo la paz interior en los dedos. Tardo un minuto en conseguirlo y ya estoy jadeando, intentando no prestar atención a la sangre que me baja por el abdomen. Pasa los dedos por el corte y la luz verde se acerca a la herida y siento un gusto tremendo, noto como si la herida desapareciese para dejar aún más relajada la piel.

-Genial -me dice-, y ahora vete haciendo cortes en el brazo y curándolos hasta que no te cueste hacerlo.

Mientras lo hago, me doy cuenta de que no me hacía daño en una simulación desde antes de la clasificatoria. Al final consigo coger mucha destreza con la curación.


El martes, como no podía aprender ninguna técnica más mientras que no tuviera elemento asignado, entrenamos con la espada; nunca viene mal entrenar un poco más. Xabi me dijo que cuando entrara en la DM, me podría dar una armadura y alguna arma extra, aunque ni siquiera me las ha enseñado.

Hoy es miércoles; es decir, la ceremonia de elección. La ceremonia no se celebra en el instituto, si no en la Universidad de Combate Avanzado (UCA). Se nota que es más prestigiosa, ya que nos vienen a recoger en aero-bus, en vez de la antiguaya que aún usa ruedas del instituto. Veo a Pynne, otro de los clasificados para el torneo, emocionarse por volar. No me extraña, todos sabemos que escogerá aire. Cuando llegamos, entramos por las puertas que desaparecen en cuanto nos acercamos y accedemos al salón de actos, esperando a que nos llamen. La elección funciona así: tocas una pantallita y te sugiere el elemento mas adecuado para ti Luego, te hacen entrar por una puerta con el símbolo del elemento en el marco. No estoy seguro de lo que hay tras esas puertas. Es muy raro que alguien coja un elemento que no sea el sugerido por los detectores de ADN de las pantallas. Miro el orden de los estudiantes de catorce que eligen de la ciudad en el folleto electrónico y estoy de los últimos, así que me toca esperar.

Voy viendo a mis amigos y conocidos elegir. A Geell le sale Luz en la pantalla, y elige la misma. A Marck, le sale y elige Agua, lo mismo con Drul; Beegue coge Tierra. Para mi sorpresa, a Mell le sugieren Agua, pero coge Fuego. A Pynne de sale y elige Aire, como esperaba, y Rya elije también lo que la pantalla sugiere: Fuego. El resto, no les presto atención. Me doy cuenta de que poquísima gente escoge Oscuridad, o lo que es lo mismo, el elemento que pienso coger yo. A veces elemento no está muy bien visto, al parecer puede representar el mal y el terror, cosa que no entiendo, ya que el mayor héroe de la historia de la humanidad terrícola y xenonita (es decir, mi antepasado) usaba ese elemento.

Por fin me toca a mí. Oigo mi nombre resonando por la sala y me levanto, dando pasos nerviosos por el pasillo y subo al palco. Toco la pantalla pequeña de la pared y en la pantalla grande sale la imagen de la calavera y los cuernos en un fondo negro. Ignoro los aplausos de postureo y me dirijo a la puerta oscura. Desaparece a mi paso para aparecer en mi espalda. Todo está rodeado de una niebla oscura, que cada vez se me arremolina más alrededor de mi cuerpo, y me da la sensación de que la estoy absorbiendo. Creo que lo entiendo, aunque para las simulaciones basta con que introduzcan mis datos en la base, para la DM necesito las cualidades en mi interior; de alguna manera están introduciendo la oscuridad en mí.

Cuando atravieso el pasillo, y mis amigos me aplauden sarcásticamente al salir de la puerta oscura. Estamos en una sala prácticamente igual a la anterior, con muchas sillas y un palco. Veo que Mell y Rya están acalorados, supongo que en su pasillo habría calor, al igual que Geell tiene algo rojos los ojos, Drull está levemente mojado y yo me siento distante y solitario. Me siento y espero a que elijan todos y un señor de mediana edad, pelo corto canos vestido de traje, se pone delante de todos y carraspea. No presto bastante atención, prácticamente dice lo de siempre, las características de cada elemento: Los ígneos tienen gran potencia destructiva, buena relación con los dragones y hábiles en la invocación de criaturas; los de agua suelen tener una buena orientación y una capacidad de razonamiento mayor de la habitual, aparte de una buena afinidad acuática; los de tierra poseen una fuerza física superior, se les da bien moverse por el terreno y saben como sobrevivir; los aéreos casi siempre suelen desarrollar habilidades para volar o levitar y son ágiles en el aire, además de que suelen usar armas a larga distancia, como arcos o pistolas mágicas; los lumínicos son diestros en el ataque físico; y, por último, los oscuros somos rápidos, con aguante y habilidades curativas. Luego, nos explica cómo suelen comportarse los luchadores egún su elemento: Los ígneos son decididos; los de Agua, calmados y pensadores; los de tierra, arrogantes; los de aire, inquietos; los de Luz justos y los Oscuros, distantes y solitarios. Corroboro esto último.

Lo demás, no es nada más que celebraciones, como si los adultos pensaran que podemos divertirnos cuando en cinco días lucharemos por ser libres en la DM. Ahora que lo pienso, creo que soy el único que le da tanta importancia. Paso, me voy en tele-transporte público antes de que empiecen con los karaokes.

Antes de entrar en mi solitaria casa, grito el nombre de Xabi. Mi antepasado cae del cielo al lado mía.

-¿Querías algo? -me dice.
-Venga, ya tengo elemento -le digo-. Enséñame más.
-Como quieras.

Esta vez no toca nada, simplemente, aparecemos en la simulación. Supongo que ya lo tenía preparado.

-Te enseñaré una de las técnicas mas útiles que conozco -me dice-. Lo llamo simplemente "sigilo".
-¿Sigilo? -digo, un poco confundido.
-Sí, se trata de prácticamente de desaparecer. Bueno, por supuesto, no desapareces. Descubrí que al deshacerte unos segundos de tu envoltura corpórea, multiplicas muchísmo tu velocidad y agilidad, aparte de, por supuesto, volverte invisible. Son muy pocos segundos, pero con la subida de velocidad, te puedes hacer una idea de todo lo que puedes hacer con eso en un combate. Hace unos quinientos años que conozco esa técnica, y de momento solo he conseguido llegar a aguantar en ese estado cerca de diez segundos, y lo sigo perdiendo al intentar atacar.
-Vaya...
-Venga, deja de poner cara de fascinación e inténtalo -me dice.
-Ya -le digo-. ¿Pero cómo?
-Eh... espera, déjame pensar -me dice-. Bien, a ver como lo puedes hacer -sigue diciendo dándose golpes con el dedo en la frente-. Vale, prueba esto. Desde la elección sientes una sensación extraña, ¿no?
-Sí.
-Prueba a concentrar eso (es la oscuridad de tu interior) en el centro de tu corazón y deja la mente en blanco.
-Vale, eso puedo hacerlo -le digo-. ¿Nada más?
-Si, luego suéltalo de golpe y ya.

Tardo medio minuto en conseguir controlar la oscuridad de mi interior, pero una vez que lo consigo ya no debería tener problemas para hacerlo nunca más. Hago todo lo que me dice y durante una fracción de segundo siento un subidón, pero no es suficiente.

-Inténtalo otra vez -me sigue diciendo-. Intenta concentrarte en lo que haces y no pierdas el control.

Después de varios intentos, consigo permanecer en ese estado dos segundos. Pruebo a correr en ese estado y, calculándolo, me muevo unas cinco veces más rápido.

-Genial -continúa Xabi-. Sigue practicándolo. Por cierto, esto es todo lo que puedo enseñar de momento.
-¿Qué? ¿No sabes más técnicas?
-Oh, claro que sí. Pero tampoco queremos que seas como un dios antes de entrar en la DM. Práctica un poco y descansa antes del torneo.

Así lo hago: durante los días restantes lo único que hago es practicar la curación y el sigilo, todos los días después de clase, y descansando todo el fin de semana. Y así sigo, hasta la noche antes del torneo. Estoy mirando por la ventana, incapaz de dormir, hasta que me aburro de las vistas al campo, así selecciono en la pantalla algún paisaje bonito y me meto en la cama pensando en mi primera oportunidad de entrar en la DM.


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