jueves, 19 de marzo de 2015

~Dimensional Heroes~ Capítulo 1: Un día especial

Estoy bastante nervioso, a si que me levanto de la cama y bajo las escaleras rumbo al sofá. son las 4:13. Elijo una de mis consolas al azar y acaba tocando la PlayStation18. Mi padre decía que tenía suerte de que la mayoría de empresas de viedeojuegos sobrevivieran y continuaran con su trabajo en Xenon. Eso me lo dijo, por supuesto, antes de morir. Ahora vivo solo desde los 12, cuando me dejaron salir del orfanato. Me acabo durmiendo en el sofá y me suena el despertador a las 8:30. Empiezo las clases a las nueve, a si que desayuno rápidamente y me cambio, cojo mi mochila y me voy a coger el bus. Ya cuando pillo el bus, me siento junto a Geell, uno de los pocos amigos que tengo, y intento pasar a nuestra conversación habitual de videojuegos antes de que nos recordemos lo que nos viene encima.

-Bueno, pues... ayer estuve jugando al Final Fantasy CXXVII toda la noche-comienzo a hablar.
-Ah.

Y así comenzamos a hablar hasta llegar al instituto. Nos bajamos y nos reunimos con Marck, Meel, y Beege y hablamos antes de que suene el timbre.

-¿A si que no has dormido?-me dice Marck.
-No, pero no te preocupes, puedo dormir en Física.
-¿Estáis nerviosos por la ronda clasificatoria?-pregunta Geell.
-Obviamente-me apresuro a comentar.
-Xabi, tu no deberías estarlo, al fin de al cabo eres de los mejores luchadores del instituto.
-Meh, una ronda clasificatoria es una ronda clasificatoria, ¿no?

Las rondas clasificatorias son los exámenes en los que el segundo ciclo de ESO tenemos que meternos en una simulación y matarnos entre nosotros (por supuesto morir en una simulación solo hace que salgas de la dicha simulación, y eso se aplica a la DM). Los 5 mejores tendremos la oportunidad de participar en un torneo en el que los dos finalistas podrán entrar a la DM sin acabar la escuela.

Después de dormirme en física sin que a nadie le importe, de sacar un 9 en el examen de biología, de unas cuantas clases insubstanciosas y de unos recreos jugando al ajedrez con Meel, llega la simulación. Toco la pantalla táctil para introducir mi ADN en la simulación y me siento en las sillas del gimnasio a esperar.

-¿Nervioso?-me pregunta Rya, una chica de mi clase bastante buena en esto que está sentada esperando a mi lado.
-No mucho-digo, sonriendo. ¿Por qué no puedo evitar sonreír cada vez que hablo con ella? Ugh, que tonto soy.

Nos llaman en orden y nos metemos en las plataformas del escaner. Cuando en el altavoz suena le voz del director diciendo "Siguiente: Xabier, 3ºB" avanzo hacia el escaner. La luz me envuelve y aparezco en el escenario de la simulación. Esta vez es como un páramo rocoso. Reviso mis armas. Las armas y las armaduras se registran en cualquier ordenador vía on-line asociadas a tu código genético, de forma que puedas aparecer automáticamente con ellas puestas. Mi armadura negra de principiante está rodeando mi cuerpo. Es bastante ligera y me permite moverme con agilidad. En mi cinturón y en su funda, mi katana. Al otro lado del cinturón, un juego de cinco cuchillos atados a el. De momento no veo a nadie. Tengo que ganar, quiero ganar.

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