viernes, 9 de octubre de 2015

~Dimensional heroes~ Capítulo 18: Interrupcíon en el peor momento

Y la batalla comienza.
Él lanza el primer ataque.
Como siempre.

Rápidamente desvío su potente hachazo desenvainado mi katana, aunque me cuesta más con la mano izquierda. Cuándo estoy fuera de peligro, entro en sigilo y cargo contra él; sin embargo, me detecta y me derriba con el mango. Sigo sin averiguar cómo hace para detectarme. Mientras estoy en el suelo, aprovecha para intentar darme con el hacha, pero me muevo y me levanto rápido y doy un corte con fuerza, sin embargo, las limitaciones de mi mano zurda hacen que su armadura lo bloquee prácticamente sin un rasguño. Me voy para atrás antes de que contraataque, y antes de hacer nada más, cambio la ranura de transformaciones del guante derecho al izquierdo.

Durante un rato, intento golpearlo varias veces, pero siempre se anticipa a mis movimientos y me bloquea totalmente, y creo que sé por qué es: Desde nuestro último combate no he variado mi estilo de lucha ni he entrenado nuevas técnicas. Si quiero vencer, tengo que innovar, pero las condiciones no ayudan: el terreno es totalmente desértico y lo único que hay es la grieta a mi izquierda y encima no podré usar la mano derecha hasta dentro de un buen rato.

Decido hacer algo que no se espere y le lanzo las cadenas y, como era de esperar, las puntas afiladas se clavan en su armadura y rápidamente me atraen hacia él; me pongo la transformación azul de las botas y me quedo pegado durante un segundo a él y salto. La transformación azul consigue el efecto previsto: el impulso que obtengo al saltar crea un retroceso muy potente, que hace que lo lance para atrás y resquebraje poco su armadura. Corro hacia él en sigilo y, justo cuando se levanta activo la transformación roja de las botas, le salto y le asesto dos patadas giratorias, una en el pecho con la derecha y otra en la cara con la izquierda. Justo después, uso la transformación azul del guantelete y genero una mini-onda de energía justo delante, suficientemente fuerte como para terminar de romper parte de su armadura y aturdirlo una vez más. Ya había ganado.

Sin embargo, me detuvo un ruido. Un estruendo muy potente, como una liberación de emergía. Miro al cielo y veo un destello alargado de luz, del que salen varias figuras que no alcanzo a distinguir. Parece que están hablando. Sin previo aviso, las figuras vienen a por mí. Unos cinco lagartos negros de ojos rojos vestidos con prendas gastadas de cuero y armados con lanzas largas cargaban hacia mí. Al primero, me lo cargo con la ballesta de un flechazo en la cabeza, pero otro viene y me golpea la mano con la punta de la lanza, y acto seguido intenta clavármela, pero una flecha disparada por Leah me salva la vida y acaba con la suya. Al igual que los esqueletos, se envuelven en una luz negra y se funden con la tierra. Noto que alguien me llama por la espalda y, según me giro, una figura blanca muy grande me agarra de la mandíbula y me levanta en el aire con su gran brazo envuelto en una luz morada, se me pone la vista borrosa y no puedo respirar. Noto que se me va la energía... y de repente me desmayo.

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