sábado, 5 de diciembre de 2015

~Dimensional Heroes~ Capítulo 19: Diario de entrenamiento

Dia 1 de entrenamiento.

Me despierto en un sofá en una casa que me resulta familiar. Por un momento, pienso que he salido de la DM y he caído derrotado, pero no es mi casa. Decido levantarme e investigar, camino un poco y llego a la cocina, donde me encuentro a mi antepasado comiendo una tostada con una taza de chocolate caliente.

-Buenos días -me dice al verme. Está en pijama y con albornoz.
-¿Que hago aquí? ¿Qué haces tú aquí? ¿Que me ha pasado? ¿Dónde están Leah y Rick?
-Primero, estás en mi casa, te he traído yo. Ye has desmayado y casi mueres por un ataque enemigo. Y en cuanto a tus amigos, la chica está entrenando, el otro no quiso venir conmigo.
-¿Quién ha sido? ¿Que ha pasado con él?
-A ver, relájate. Te ha atacado alguien que te quiere muerto. Creo que ya sabes quien es. Lo solíamos llamar simplemente "Cráneo", porque es un monstruo hecho de una coraza de huesos.
-Huesos... quizás... -si, estaba claro: es aquel que vimos Leah y yo en la base aquella. De hecho, se supone que veníamos a decírselo- ¿Te ha contado ya Leah?
-En realidad ya lo sabía.
-¿Y por qué no haces nada?
-Quería dejártelo a tí, no puedo estar siempre encargándome de todo, tienes que empezar a ocuparte tú de los problemas.
-Entonces... ¿Crees que puedo vencerlo?
-¿Estás de coña? ¡Casi te mata en menos de diez segundos! ¡Tienes suerte de que te haya salvado!
-... Pero entonces...
-Sigo siendo tu maestro, ¿recuerdas? Te entrenaré otra vez. Empezamos en dos horas. Mientras tanto, puedes irte por la puerta dimensional del fondo. ¿Ves la puerta del fondo a la derecha? Eso es el baño. La puerta está al frente. Allí están dos amigos tuyos.
-¿Amigos? ¿Te refieres a Rick?
-Ese es el flipado del hacha enorme del torneo, ¿no? No es ese. Es otro al que me encontré y parece conocerte.

Me voy pensativo por la puerta que me dijo. Aparentemente es una puerta normal, pero una vez que la cruzo, estoy en una sala más grande que el resto de la casa. Es un suelo gris bastante deteriorado por los golpes y quemaduras. Las paredes son blancas con banquillos por abajo. En uno de ellos hay dos personas hablando. Hay unas ventanas por arriba; es de noche, a pesar de que antes era aún por la llamada (aunque puede que en esta dimensión no halla estrellas cercanas que iluminen, de hecho parece hacer más frío, pese a que tiene que haber una fuente de calor, artificial o natural). Me acerco al banco y veo a Leah sudando y jadeando y al lado...

-¡Geel! - me apresuro a gritar - ¿Qué haces aquí?
-¡Hola! Te estaba esperando. Me encontró tu antepasado. Me dijo que me necesitarías.
-¿Yo? Sabes que lucho mejor solo.
-Ya, por eso me extrañó. Contactó conmigo y con Rya en cuanto ganamos el torneo.
-¿Rya está aquí?
-Anda, Xabi, ¿soy yo o es la primera vez desde que te conozco que te veo sonreír? -me dice Leah.
-Cállate.
-¡Oye, podrías mostrar un poco de preocupación! ¡Que yo también acabé herida!
-Entonces, ¿ella está aquí? -digo, dirigiendome a Geel e ignorando completamente a Leah.
-No, no se nada de ella. Pero Xabi dijo que ya se estaba entrenando.

De repente entra en la sala mi antepasado.

-Venga, ¡Hora de entrenar!
-¿Ya? -le digo- No creo que haya pasado una hora pero vale. Lo sigo al centro de la sala.
-Voy a enseñarte a ver sin mirar. ¿Sabes a lo que me refiero?
-Ni idea.
-Vamos a ver, conociendo te explico esto... Cuando luchas dependes de tus ojos, ¿verdad? Es sencillo: vamos a eliminar esa dependencia.
-¿Y eso para que me sirve?
-Puedes localizar a enemigos invisibles o escurridizos. También puedes luchar fácilmente en entornos oscuros o simplemente te ciegan temporalmente. Es sencillo, hay dos formas de hacerlo: identificado alteraciones en el movimiento de un objeto o persona, o captando la energía interna de un enemigo. Vas a aprender la primera, por el momento.

Entonces saca una pantalla y la toca varias veces. Un gran rectángulo de luz naranja aparece a nuestros pies cubriendo gran parte de la superficie del suelo. Unas imagenes digitales 3D de ocho troncos afilados atados a una cuerda se materializan en los bordes de la zona naranja.

-Es un método bastante antiguo, -me dice- pero vaya si funciona. Toma esto -se saca una venda del bolsillo y me la ata en la cabeza, tapándome los ojos totalmente y me empuja al centro-. Esquiva los troncos.
-¿Seguro que voy a poder?
-Bueno, si no lo haces puedes morir, a si que tu verás.
-Como siempre... Bueno, está bien, pero si pierdo puntos asumirás las consecuencias.
-Lo que tu digas.

Espero impaciente al primer tronco. Sólo alcanzo a oír un pequeño zumbido antes de que ser brutalmente arrollado. Probablemente tenga algunos huesos rotos.

-Bueno, al menos te has girado antes de que te golpeara. Algo es algo. Continúa, y no te cures hasta que esquives todos. Con tu gen podrás aguantarlo, además de mejorar to agilidad y reflejos por cada golpe.
-¿También aumenta la resistencia?
-Los genes se llaman así por algo. Un hijo puede heredar cualquiera de los dos genes de sus progenitores, o los dos. Tienes suerte de haber heredado los dos. Si tuvieras hermanos, quizás sólo hubieran heredado uno.
-Tengo hermanos.
-¿Qué?
-Que tengo hermanos.
-Espera... ¿en serio? ¡Creia que eras hijo único! ¿Pero no se supone que vivías solo?
-Claro... una estudiando en otro planeta, dos en la DM, y las otras dos no tengo ni idea
-Sumados son cinco... contigo seis. Podría haber tenido una legión de luchadores idénticos a mi...
-¿Me tiras ya el tronco o seguimos repasando mi libro de familia?
-Vale, vale... Concéntrate, escucha y nota el aire desplazándose en tu dirección. El resto deberías saberlo hacer.

El segundo consigo localizarlo por el movimiento del aire. Intento moverme, pero no me da tiempo y me golpea en un costado, tirándome al suelo. El tercero consigo evitarlo justo a tiempo, pero el cuarto me vuelve a dar. Estoy reventado, pero puedo aguantar. El séptimo y octavo consigo evitarlos. Seguimos repitiendo el mismo ejercicio durante horas, curándome después de cada serie de ocho. Alas 9 series consigo esquivarlos con mucha más facilidad. Creo que hago unas veinte series cuando mi antepasado me guía a una habitación simple de su casa, que se basa en una cama y un escritorio. En la pared hay un horario. Al parecer, me voy a entrenar de 5 a 8 horas al día, el resto del día puedo descansar y hacer lo que quiera. No está nada mal. Sobre el escritorio hay un pequeño libro. Es un cuaderno de cuero con varias hojas arrancadas y mi nombre... mejor dicho, el del héroe, en la portada; encima del nombre está escrita una frase que parece escrito en inglés antiguo que creo que significa "Diario de entrenamiento". Supongo que puedo escribir en él de vez en cuando.

Día 2 de entrenamiento:

Hoy me ha despertado Leah. Me ha dicho que es hora de desayunar y me ha arrastrado escaleras abajo. Cuando hemos llegado, mi antepasado y Geel estaban sentados en la mesa de la cocina, comiendo unas galletas, todos en pijama.

-Parece que se te han pegado las sábanas -me dice Geel.
-Es que no sé que hora es, hemos cambiado de dimensión demasiadas veces.
-Toma -Xabi rebusca en sus bolsillos y me ofrece un reloj digital-. Se ajusta automáticamente a la hora de cada dimensión o planeta, incluso si el día tuviera más de 24 horas.
-Genial. Gracias.
-Hoy tienes toda la mañana para descansar. Tienes lo que quieras para entretenerte en el salón. Ah, y no se si has visto alguna vez un libro que no sea digital, pero si te interesan tengo una pequeña bibilioteca.
-¿Y yo qué? -dice Geel- ¿Has decidido si me vas a entrenar?
-¿Para qué? -le pregunto- Si lo hago yo debería ser suficiente pare destruír al Cráneo ese.
-No vayas tan sobrado -me dice mi antepasado-. Te recuerdo que casi te mata sin que tu llegaras ni a verlo.
Ah, y en cuanto a tu entrenamiento -continua, dirijiendose a Geel-, por desgracia, no controlo mucho el uso de espadas europeas, y aún menos el elemento Luz. Pero conozco a un amigo que sí.
-Leah, tu también estás entrenando, ¿no?
-Bueno, él me obligó -me dice, señalando al héroe-. Pero parece que voy a tener unos días de descanso, por suerte.
-Es cierto -dice Xabi-. Le pedí a mi novia que la enrtenara, ya que sabe más de arcos que yo, pero ayer después de darle su primera clase tuvo que irse a un torneo, a si que no volverá en unos días.

Termino mis galletas y Leah y yo nos vamos al salón. Lo primero que me sorprende son las múltiples consolas que tenía debajo de la mesa de café y en estanterías de la pared. Lo que me sorprendió no fue la cantidad, si no la antiguedad de muchas de ellas, algunas incluso aún tenían lector de cartuchos. Ahora mismo, una de las mas caras se pueden vender por más de 150.000 Xenons. Tammbién encontramos cartas en un cajón, desde simples barajas a juegos de cartas coleccionables. Como nunca había jugado con cartas físicas, decidimos probar uno de los juegos de cartas. Al  principio me parecía raro, pero en seguida me acostumbré. Ah, y por cierto, acabo de descubrir que Leah es buenísima en las cartas y en los videojuegos. La dejo jugando con una consola de hace por lo menos 100 años y me voy a ver la biblioteca. Es increíble: Estanterías llenas de libros de autores que no existen en mi mundo pero que estudiamos en literatura, otros más actuales, y varios estantes de cómics y hasta manga original de la Tierra. El único problema es que, aunque algunos están en inglés antiguo y puedo leerlos más o menos bien, la mayoría están en un idioma que jamás he visto. Al final después de ojear unos cuantos libros, vuelvo al salón, y volvemos a jugar al juego de cartas.

-¿Es verdad que tienes cinco hermanos? -me pregunta Leah, después de destruír uno de mis mountruos del juego de cartas-. Me lo dijo el héroe.
-Si. Aunque los veo poco.
-¿Cómo son?
-La mayor, Renne, tiene 22 años y está estudiando medicina en un planeta lejano, a si que la veo poco. Es una muy buena estudiante, aunque también lucha bien. Es de elemento luz. Luego está Mimi, de 19 años. Está bastante loca. Comenzó a tranajar en el ejercito de Xenon con 16 años y se convirtió en una de las mejores tiradoras de la división, pero no le gustaba mucho. Dos años después se convirtió en una cazarecompensas. Usa el elemento aire. Me visita por lo menos una vez al mes, de todos mis hermanos fue con la que más pasaba el rato. Aunque una vez intentó meterme en la lavadora. El siguiente es Rhein, que tiene ahora 17 y usa el elemento fuego. Debería estar en la DM, de hecho, si miras en la consola, está entre los 10 mejores de la liga avanzada por elementos. Nos peleábamos a todas horas, de hecho, aprendí a luchar gracias a él. Por culpa de eso, nos hecharon del orfanato.
-¿Se puede hechar a niños de un orfanato?
-Al parecer si, simplemente el gobierno te obliga a ingresar en otro. Después de él, está Noah, elemento agua. También está en la DM desde el año pasado, y solo tiene un año más que yo. Era muy amable conmigo, y siempre nos curaba las heridas a Rhein y a mí.Yo soy el quinto, y la pequeña se llama Monnen. Aún no ha eligido elemento, ya que solo tiene 12 años. Cuando Mimi se independizó, pidió que alguno de nosotros nos fuéramos con ella. Como yo, Noah y Rhein estábamos en la escuela de combate, decidimos quedarnos, pero Monnen accedió a irse con ella, aunque creo que no tienen un hogar fijo.
-Vaya, menuda familia.

Seguimos jugando hasta que Xabi entró y me llevó a la sala de entrenar. Consigo esquivar la primera serie de ocho troncos a la primera.

-Bueno, nada mal. Vamos a pasar a otra cosa. ¿Sabes lanzar energía?
-¿Lanzar qué?
-Vale, ya veo que no. Es esto -su mano se envuelve en una niebla negra, luego, extiende su brazo de golpe como si lanzara una pelota y de su mano sale una bola negra de gran velocidad  que se estrella contra la pared y provoca una explosión-. ¿Lo entiendes?
-Más o menos. ¿Cómo lo hago?
-¿Recuerdas como entrar en sigilo?
-Por supuesto.
-Vale. Lo que haces en ese caso es expulsar la energía de tu interior de forma que salga justo fuera de tu cuerpo, perdiendo la forma corpórea hasta que la energía entre de nuevo. Para las emisiones de energía, sólo tienes que concentrarla en un punto determinado (en este caso las manos) y luego expulsarla de golpe. Aunque no lo parezca, las emisiones de energía con forma de rayo son más sencillas de hacer que las que tienen formas esféricas o de otro tipo, ya que es necesario comprimir energía justo antes de expulsarla, aunque también son más precisas y controlables. Prueba a hacerlo.

Un trozo del suelo bajo nuestros pies comienza a levantarse hasta estar en posición vertical; luego, una cruz se ilumina en el centro, dándome a entender que ese es mi objetivo. Extiendo los brazos hacia delante y hago lo mismo que cuando entro en sigilo, pero esta vez concentrandome en mis manos. Cuando creo que ya puedo soltarla, expulso la energía, que sale como si en mis manos hubiese explotado una granada, emitiendo energía negra en todas las direcciones.

-Bueno, algo es algo-dice mi antepasado-. No está mal para ser la primera vez, pero cuando expulses la energía, intenta hacerlo de forma lineal. Ah, y ten cuidado, lanzar mucha energía te puede agotar enseguida.

La segunda vez aún parece que mis manos hallan explotado, pero gran parte de esa energía consigue ir en línea recta y destruir el blanco.

-Vale, muchísimo mejor. Ahora vamos a probar lanzando bolas esféricas de energía, pero no así, ya que o no podrás o te agotarás. Pero por suerte una de las transformaciones de tu guantelete nos será útil.
-¿La azul? Esa no me cansa, pero me daña mucho el brazo, la primera vez que lo intenté, lo perdí. Suerte que tenía la curación.
-No te preocupes. En estos últimos días, tu condición física ha mejorado como resultado de todos los combates y entrenamientos, a sí que te costará menos. Venga, activa la armadura.

Activo el colgante y vuelvo estar en mi armadura. Selecciono la transformación azul y la activo. El suelo vuelve a levantarse y yo empiezo a formar una bola azul brillante desde el guante. La bola es muy pequeña, pero desprende gran energía. Cuando creo que está lista, la lanzo hacia el objetivo y, justo al impactar, el suelo (tanto el trozo en vertical como el suelo de alrededor) sale disparado con gran velocidad y se estrella contra la pared.

Me paso las horas que quedan de entrenamiento practicando las emisiones de energía y la transformación azul. Cuando se acaba por hoy, me voy al salón a jugar a algo, ya que hoy no necesito dormir. Cuando llevo un rato jugando con una de las consolas antiguas, Xabi entra.

-Por cierto, se me olvidaba; Me he puesto en contacto con tu hermano mayor. Le pregunté si quería ayudarte a entrenar y me dijo que sí con gran entusiasmo. Le he mandado mi dirección y dice que estará aquí en una semana.
-¿Que has hecho qué? ¿Pero tú estás loco? ¡Lo único que Rhein quiere es matarme!
-¿Y? Reaparecerás. Estamos en la DM.
-¡Ya lo sé, pero no quiero perder contra él! ¡Pensaba desafiarlo yo cuando hubiera entrenado lo suficiente!
-Bueno, pues una razón más para entrenar esta semana.
-Lo haces a proposito, ¿verdad?
-En efecto. Te recuerdo que aunque no haya modificado su ADN, tus hermanos siguen siendo mis descendientes, y además, si tu y yo somos la misma persona también son mis hermanos. Tengo todo el derecho del mundo.
-Eso no te lo discuto, pero... ¿Por qué ÉL?
-Porque es el único registrado en el sistema de ligas que sale entre los veinte primeros, por lo que me ha sido fácil localizarlo. En fin, tengo cosas que hacer. Tu sigue divirtiéndote.

Se va y me deja a solas con mis pensamientos, maldiciendo a Rhein y a mi antepasado.

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